Maya Walker
Después de haber dejado mi habitación hecha un desastre mientras buscaba la ropa para la fiesta, por fin he encontrado algo que encaja con el estilo del evento.
No salgo demasiado de fiesta porque es algo que no me gusta demasiado, pero cuando lo hago me gusta arreglarme acorde con la ocasión.
Miro la hora y muevo la pierna algo nerviosa.
Michael accedió a venir conmigo a la fiesta, aunque realmente no sé ni por qué lo hizo, pero acordamos que me vendría a buscar, lo cual es todo un detalle por su parte.
Lucy y Bianca me insistieron un poco con que fuese a arreglarme para la fiesta con ellas, pero esta vez decidí que era mejor hacerlo en mi casa, además teniendo en cuenta que Michael me viene a buscar, no quería tener que aguantar a mis amigas y sus comentarios sobre por qué voy con él.
Como aún es un poco pronto decido ordenar un poco mi habitación pues se que sinó me tocará hacerlo cuando vuelva y no me va a apetecer.
Poco después suena el timbre, me acerco a mirar mi teléfono y veo varios mensajes de Michael diciéndome que ya ha llegado, lo que me hace saber que es él.
Sonrío levemente y me doy prisa en bajar para abrirle la puerta, pues no quiero dejarlo esperando.
—Me estaba empezando a preocupar, has tardado en abrirme la puerta—Me comenta.
—Lo siento, estaba distraída con la música—Me río.
—Puedo imaginarmelo—Comenta y entonces me doy cuenta de que es cierto que se escucha desde aquí.
—¿Quieres entrar? Me falta recoger un par de cosas.
—Claro—Asiente y me aparto un poco para que pueda pasar.
Veo como Michael entra en mi casa y por alguna razón es como si se volviese más tímido.
—Solo estoy yo, no voy a hacer que tengas un encontronazo incómodo con mi padre—Me río y él asiente.
Él observa su alrededor y yo sonrío levemente.
—Tengo que coger algunas cosas en mi habitación—Le explico y él asiente, pero no parece tener intención de moverse. —Puedes venir, no pasa nada—Me río.
—Oh, vale—Asiente y pasa una mano por su pelo rojo, como en un intento de recuperar su seguridad. —No todos los días uno tiene el privilegio de ver la habitación de Maya Walker—Bromea.
—Eres un idiota—Me río y se encoge de hombros. —Además mi habitación no tiene nada especial—Le comento y le hago una señal indicando que me siga por las escaleras. —Aunque...—Murmuro al llegar arriba, donde me detengo, quedando así más alta que Michael por primera vez, haciendo que él me mire curioso. —Tal vez si que tendrias que valorar el privilegio de entrar en mi habitación, no cualquiera puede hacerlo.
—No te preocupes, lo hago—Asiente con su típica seguridad y me río levemente.
Me doy la vuelta y acabo de guiarlo hasta mi habitación.
—Ignora el desorden, siempre que me arreglo esto se vuelve un caos—Le comento y él se ríe antes de asentir.
Una vez dentro, veo como Michael mira a su alrededor y después sonríe.
—¿Qué es esa sonrisa?—Pregunto curiosa.
—Tu habitación es tal como la imaginaba.
—¿Así que te has imaginado mi habitación Crawford?—Me río.
—¿Qué? ¡No, claro que no!—Niega con un ligero nerviosismo lo que me hace reír más. —Me refiero a que al ver tu habitación me he dado cuenta de que encaja muy bien con tu estilo—Me explica.
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Perfectamente imperfectos
RomansaTodos tenemos nuestros secretos, pero ¿qué pasa cuando tu secreto mejor guardado es descubierto por alguien con quien ni siquiera hablas? ¿Qué pasa si quien menos te lo esperas, es quien mejor te comprende? Maya siempre ha sido de las chicas popular...