Maya Walker
Levantarme de la cama hoy ha resultado ser un terrible desafío, aunque no es como si hubiese estado durmiendo plácidamente, sino todo al contrario, me pesa el cuerpo como si no hubiese dormido en días y me pasado gran parte de la noche llorando, haciendo que mis ojos esten completamente rojos.
Me pregunto una vez más por qué me estoy levantando y por qué no me quedo encerrada en mi cuarto todo el día, pero tengo un maldito examen que hacer porque el estupido de mi profesor no quiso cambiarme la fecha aunque le pedí, bueno, le supliqué que lo hiciera.
Suspiro y miro a mi alrededor, ayer me quedé en casa todo el día, así que mi cuarto está más bien desordenado, pero ahora nada importa, hace un año que Noah no está conmigo y eso es superior a cualquier otra cosa.
Me visto vagamente, y recojo las cosas que necesito para clase, solo voy a ir a la hora del examen y luego volveré a encerrarme aquí, no creo que vaya a ver a Spencer hoy.
Salgo de mi habitación y busco a mi padre, aún con un poco de fé de que él esté aquí, esperando que no me haya dejado sola en un día como hoy, pero no es así.
Las lágrimas vuelven a caer por mis mejillas mientras vuelvo a mi habitación para buscar mi mochila, a lo que me doy prisa en retirarlas de mi rostro.
Paso por la cocina pensando en que debería comer algo, pero sé perfectamente que ahora mismo eso es misión imposible.
Salgo de mi casa antes de que le dé una vuelta más al tema y decida no ir a clase.
Al llegar a la universidad, me acerco dudosa a la puerta pues sé que si alguien llega a preguntarme algo, me voy a volver a poner a llorar otra vez.
Atravieso los pasillos a toda prisa hasta llegar a mi aula, al llegar recorro el lugar con la mirada y no puedo evitar notar que Michael no está aquí.
Me voy hacía mi sitio y entonces mis amigas se levantan rápidamente para abrazarme.
—Ya... Ya está—Murmuro pidiendoles que me suelten pues no quiero ponerme a llorar aquí en medio. -Necesito que me soltéis.
—¿Cómo estás?—Me pregunta Bianca algo dudosa.
—Mal, muy mal—Suspiro.
—No entiendo como te han podido obligar a venir a hacer el examen en un día así—Me dice.
—Yo tampoco lo entiendo—Niego. -Son una panda de insensibles-Comento molesta y ella asiente.
Me siento en mi sitio y poco después ya tengo el dichoso examen delante mio.
Empiezo a hacerlo pero no soy capaz de concentrarme, leo las preguntas una y otra vez pero no logro entender nada, entre los nervios y el hecho de que mi vista se vuelve borrosa todo el rato por culpa de las lágrimas.
Mi respiración se vuelve más pesada y empiezo a sentir esa sensación de ahogo que suele perseguirme, así que aunque no me guste hacer esto, escribo mi nombre en el examen y me levanto para ir a entregarlo.
Me llevo una mirada de desaprobación por parte de mi profesor y después me doy prisa en recoger mis cosas y salir de ahí.
Michael Crawford
Miro mi reloj molesto esperando a que la hora del examen se termine para así poder volver a clase, ese examen estaba suspendido así que era inutil ni siquiera intentarlo.
Decido aprovechar para ir al baño, al terminar me miro en el espejo y hago una ligera mueca mientras acomodo mi pelo, pensando en que pronto debería retocar el color rojo pues empiezo a ver mi color de pelo natural asomarse en las raíces.
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Perfectamente imperfectos
RomanceTodos tenemos nuestros secretos, pero ¿qué pasa cuando tu secreto mejor guardado es descubierto por alguien con quien ni siquiera hablas? ¿Qué pasa si quien menos te lo esperas, es quien mejor te comprende? Maya siempre ha sido de las chicas popular...