Capítulo 23

319 29 3
                                    

Michael Crawford

Me acomodo en el asiento a la vez que miro el reloj que hay detrás mío, lo que me deja ver que mi consulta con Spencer de hoy, está apunto de terminar.

—Antes de irme, quería comentarte algo.

—Claro Michael, cuéntame—Me sonríe levemente y yo asiento.

—¿Recuerdas que cuando empecé a venir te conté mis problemas con el boxeo? Te conté cómo acabé teniendo una relación bastante tóxica con el deporte—Suspiro.

—Lo recuerdo—Asiente. —¿Qué pasa con eso?

—La verdad es que echo mucho de menos el boxeo—Respondo. —Me gustaría volver a practicarlo, pero no lo he hecho porque primero quería hablar contigo, quería saber si crees que puedo ser capaz de hacerlo bien esta vez—La miro. —Quiero poder entrenar pero sin volver a obsesionarme con ello, no quiero volver a sentirme como me sentía antes—Añado y ella me mira algo pensativa.

—Considero que si realmente te gusta ese deporte, no debes privarte de practicarlo—Me mira. —Además por lo que me contaste en su momento, ¿eras bueno no?—Pregunta y asiento. —Estoy segura de que te gustaría volver a sentir esa satisfacción de poder ganar los combates, ¿no es así?

—Es así—Asiento y me sonríe levemente. —Pero no es solo la satisfacción de ganar, sinó que también disfrutaba de entrenar o de pasar tiempo con mis amigos.

—Creo que estás listo para volver al boxeo Michael—Asiente. —Pero...—Empieza a decir y la interrumpo.

—¿Siempre tiene que haber un pero?—Pregunto.

—Eso parece—Asiente. —Como iba diciendo, creo que estás listo, pero quiero que me vayas hablando de cómo te hace sentir volver a eso y quiero que te marques un horario.

—¿Un horario?

—Sí, el objetivo es que no te vuelvas a sentir absorbido por el deporte, así que es interesante que te marques unos horarios, puedes empezar yendo una o dos veces en semana a entrenar y si vemos que todo evoluciona correctamente entonces podemos valorar si añadir más días de entrenamiento—Me explica.

—Eso tiene sentido—Asiento. —Genial Spencer, gracias—Sonrío.

—No me tienes que dar las gracias, al fin y al cabo quien tiene que hacer el esfuerzo eres tú.

—Lo sé, pero me viene bien que me guies en el camino—Respondo y ella me sonríe levemente. —Bueno, parece que es hora de que me vaya—Comento viendo la hora que es y ella asiente levemente.

—Para la próxima sesión mira de traerme un horario y explicarme cuando vas a entrenar y por cuánto tiempo, así podemos comentar si es una repartición del tiempo adecuada.

—Lo haré—Asiento y me levanto. —Hasta la semana que viene Spencer.

—Adiós Michael, ten una buena tarde—Se despide y le sonrío levemente asintiendo antes de salir de su consulta.

Cuando salgo, suspiro algo aliviado pues Spencer me ha dado la respuesta que esperaba recibir, no quería que me lo prohibiese porque una parte de mí sabe que si ella me hubiese hecho eso yo hubiese vuelto al boxeo de todas formas, así que me gusta tener su aprobación y sentir que estoy haciendo lo correcto.

Observo la sala de espera y cuando Maya se levanta para venir hacía mí, sonrío levemente.

—¿Y bien? ¿Le has comentado a Spencer lo de volver al boxeo?—Pregunta curiosa.

—Lo he hecho—Respondo mientras andamos hacia el ascensor.

—¿Y qué te ha dicho?

—Que puedo volver a boxear—Asiento satisfecho. —Pero que debo hacerlo con cuidado, que me marque un horario y que empiece yendo al gimnasio los días que me marco y no más de esos—La miro y ella asiente. —Me dijo que empiece por ahí y que si va bien siempre puedo acabar incrementando los días de entrenamiento, pero debo empezar poco a poco para así no sentirme absorbido de nuevo.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora