Capítulo 14

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Maya Walker

Suspiro algo cansada mientras la profesora sigue explicando que se yo qué pues hace rato que me he perdido en su explicación, llevo todo el dia notando cómo la gente me observa y cuchichea sobre mí, dejándome ver como les gusta ver mi lado sociable y popular pero que no me perdonan que esté de bajón, si ellos supieran lo mal que me siento, entonces tal vez no me juzgarian tanto.

Cuando se termina la hora veo como todo el mundo se da prisa en levantarse para salir a tomar el aire antes de las últimas clases del día.

—¿Maya vienes a fuera?—Me pregunta Austin curioso y yo asiento levemente.

Cuando me levanto de la silla veo como hace un intento de pasar su brazo por mi hombros, el cual esquivo adelantandome un poco para ponerme a la altura de mis amigas.

Veo como Bianca me mira algo preocupada y fuerzo una sonrisa pues no me gusta que tengan que estar pendientes de mí como si fuese un bebé al que le puede pasar algo malo en cualquier momento.

Cuando salimos del edificio suspiro un poco al notar el frío que hay en el exterior y me doy prisa en abrocharme la chaqueta.

Nos detenemos en los asientos de siempre y entonces me siento al lado de Lucy, ella me sonríe un poco y me da la mano en un intento de dejarme saber que está ahí. Se que ella no suele ser la más expresiva de las tres en cuanto a muestras de cariño, pero me gustan sus esfuerzos de demostrarme que está a mi lado.

Austin y algunos chicos más no paran de hablar de no sé qué fiesta a la que quieren ir y suspiro un poco pues parece que su único tema de conversación es ese o los partidos de Lacross, dado que él es el capitán.

—Voy a ir a comprarme algo para desayunar—Anuncio.

—¿Te acompaño?—Me pregunta Lucy.

—No tranquila—Niego y ella asiente.

Me levanto para así volver rápidamente al edificio principal.

Una vez dentro suelto un leve suspiro pues aquí hace más calor y eso me gusta.

Voy de camino a la cafetería pero entonces me doy cuenta de que no llevo dinero, hago una ligera mueca y doy media vuelta para así ir a clase.

Al entrar en clase voy directamente a mi sitio y busco el dinero, pero entonces me doy cuenta de que no estoy sola en el aula, así que me giro.

—¿Qué haces aquí?—Pregunto curiosa viendo a Michael, que no se ha movido de su asiento.

—¿Descansar?—Responde confundido mientras se quita uno de los auriculares.

—Me refiero a que por qué estás solo—Comento mientras empiezo a subir las escaleras para acercarme a él.

—Siempre estoy solo—Responde como si nada y mi corazón se encoge levemente pues nunca me había parado a pensar en lo cierto que es eso.

—Antes... Antes tenías un amigo—Murmuro dudosa pues me parece recordar haberlo visto por los pasillos con otro chico alguna vez.

—River—Me dice y lo miro sorprendida pues al verlo en la fiesta no lo reconocí para nada. —Sí, estudiaba aquí—Me comenta ante mi cara de sorpresa. — No estaba en nuestra clase, supongo que de ahí viene tu cara sorpresa—Aclara y yo asiento conforme. —Estábamos siempre juntos hasta que decidió irse a estudiar a otro sitio—Suspira. —Pero supongo que es lo que toca—Se encoge de hombros y lo miro algo triste. —Vamos Maya, no me mires así, no me pasa nada por estar un rato solo, no me voy a morir por ello.

—Pero es un poco triste—Murmuro y me siento a su lado a lo que me observa con cierta diversión en sus ojos. —No voy a pedirte permiso para sentarme a tu lado si eso es lo que esperas.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora