Capítulo 1

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Maya Walker

—Maya, ¿vienes a tomar algo con nosotras esta tarde?—Me pregunta Bianca, mientras nos dirigimos hacía la salida de clase, a lo que yo niego con la cabeza. —¿No vas a venir?—Insiste y me mira como si le hubiese dado una mala noticia, mientras me observa con sus ojos verdes, a lo que vuelvo a negar. —¿Qué? No puedes decirme eso, casi nunca vienes ya—Suspira.

—No Bianca, no voy a ir con vosotras—Niego. —Hoy no puedo—Añado.

—Últimamente nunca puedes—Se queja. —Además, vamos a ir a ese sitio que tanto te gusta—Me dice. —Lucy ya me ha dicho que sí que viene—Añade en un intento de convencerme.

—¿Qué pasa conmigo?—Pregunta la chica rubia a la vez que nos alcanza y empieza a andar a nuestro lado.

—Le estaba diciendo a Maya, que tú también vienes a tomar algo—Responde la pelinegra.

—Claro, vamos todas ¿no?—Me sonríe. —Tengo muchas ganas de descansar, después de esta semana de exámenes agotadora.

—Yo ya le he dicho a Bianca que no voy—Respondo.

—Pero sí los viernes siempre vamos a tomar algo—Se queja. —Además, van a venir Austin y su grupo—Añade, como si eso me fuese a hacer entrar en razón.

—Pues hoy no puedo ir—Les digo. —Lo siento chicas—Añado.

—¿Tienes algo más importante que hacer que pasar la tarde con tus amigas y el guapo de Austin?—Me pregunta Lucy.

—Pues eso parece—Me encojo de hombros y entonces llegamos a la salida.

—¿Y qué es eso tan importante?—Insiste Lucy, reteniéndome.

—Tengo que ayudar a mí padre—Miento y ella me mira algo dudosa, como si estuviera analizando si digo la verdad o no. —Es verdad—Vuelvo a mentir. —Ya iré el próximo día, no pasa nada porque no vaya un día.

—Escoges para no venir justo el día más importante—Me reprocha Bianca y me encojo de hombros.

—¿Y por qué es tan importante ir hoy?—Pregunto.

—Porque Austin y sus amigos vienen también—Responde como si esa respuesta fuera una razón de peso.

—Eso ni siquiera es tan importante—Comento y ellas me miran algo ofendidas, como si hubiese dicho algo horrible, miro mi reloj y hago una ligera mueca al ver que es algo tarde. —Tengo que irme—Informo.

—¿Seguro que no podemos convencerte para que te quedes?—Me pregunta Bianca.

—Hoy no—Niego. —Pero el próximo día voy con vosotras—Les sonrío y ellas me miran algo dudosas. —Lo prometo—Añado y ellas asienten.

Suspiro levemente para luego alejarme de ellas antes de darles tiempo a volver a insistir en que me quede.

Atravieso las distintas calles de la ciudad en un intento de darme prisa pues lo último que quiero es llegar tarde, haciendo que no pueda entrar lo que haría que me termine llevando una bronca por parte de mi padre.

Cuando veo el edificio suspiro algo aliviada pues eso me hace saber que puedo relentizar mi ritmo, para así no llegar toda sudada y ahogada.

Pocos minutos después, estoy atravesando la puerta del edificio.

Me dirijo hasta el ascensor para después pulsar el número 7 y esperar a que las puertas se cierren.

Como nadie más entra, me giro hacía el espejo para intentar acomodar mi cabello cobrizo que está todo revuelto por culpa del aire que está haciendo hoy. Paso las manos entre los mechones de mi pelo para deshacerme de los enredos que hay en este. Me miro en el espejo un poco más de cerca y paso un dedo por mis labios, arreglando el estado del pintalabios.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora