Maya Walker
Han pasado casi dos semanas desde que mi padre y yo estuvimos disfrutando de cocinar y cenar juntos, pero como era de imaginar al día siguiente era como si esa noche no hubiese pasado pues desde entonces cada vez que estoy en casa, estoy sola.
Suspiro mirando el calendario viendo como marca que en dos días más habrá pasado un año desde que Noah se fue y siento como el corazón se me encoge, se que Spencer me está ayudando a llevarlo mejor, pero sé que nunca terminaré de superarlo.
Miro la hora que es y suspiro de nuevo al darme cuenta de que ya me tengo que ir para clase.
Vuelvo a mirarme en el espejo y hago una ligera mueca al ver la mala cara que tengo pues desde que llegó esta semana, no he dormido casi nada, Noah está todo el día en mi cabeza y la historia se repite una y otra vez en mi mente.
No puedo parar de pensar en él y creo que nunca podré dejar de hacerlo, pero menos aún en estas fechas.
Busco la mochila y después de guardar todo, ya salgo de mi habitación.
Me asomo a la habitación de mi padre por si por casualidad estuviese aquí, pero una vez más, no está así que doy media vuelta.
Al pasar por la cocina pienso en que debería comer algo, pero también sé que no voy a ser capaz de hacerlo, así que niego con la cabeza y salgo de casa.
Después de ponerme bien los auriculares, subo el volumen al máximo en un intento de anular cualquier pensamiento que pueda cruzarme la mente.
Me camino a la universidad, tengo que hacer un esfuerzo para no ponerme a llorar ahí en medio, es más, he tenido que atrapar las lágrimas que se escapaban de mis ojos, en varias ocasiones.
Creo que nunca había llegado a clase tan rápido, es como si mi cabeza me dijese que no debo quedarme sola con mis pensamientos y eso me crea la necesidad de entretenerme con cualquier cosa, así que supongo que hablar con Lucy y Bianca es una buena opción, nunca he deseado tanto que me atormenten con sus comentarios tontos sobre popularidad como hoy, me da igual todo, solo quiero tener mi mente ocupada para no pensar en Noah.
Mierda, otra vez he pensado en él, es imposible no pensar en él, no puedo sacarlo de mi cabeza.
Veo a mis amigas a lo lejos y suspiro algo aliviada, me quito los auriculares y me doy prisa en llegar a su lado.
—Hola Maya—Me saluda Lucy sin prestarme demasiada atención.
—Hola—Murmuro y se que se me nota en la cara lo mal que estoy más de lo que pretendo pues cuando Bianca me ve, su cara cambia completamente antes de acercarse a abrazarme. —Yo...—Murmuro en un intento de hablar pero cuando los brazos de mi amiga me rodean, todas las lágrimas que llevo reteniendo los últimos días, empiezan a salir, lo que hace que mi amiga me abrace más fuerte.
—Estamos aquí contigo—Susurra pasando su mano por mi pelo y asiento levemente.
Me aparto levemente para mirarla y veo como Lucy se ha dado cuenta de lo que está pasando pues se ha acercado también para consolarme torpemente mientras apoya su mano en mi hombro en señal de apoyo. Se que su intento de consolarme no es el mejor de todos, pero que lo intente ya significa mucho para mí.
—Faltan... Faltan dos días—Sollozo y Bianca asiente levemente mientras retira algunas de las lágrimas que caen por mi mejilla. —Me duele mucho—Añado y ella vuelve a abrazarme.
-Estamos aquí para lo que necesites, lo digo en serio-Me recuerda y asiento.
—¿Quieres que nos vayamos?—Me pregunta Lucy yo niego con la cabeza.
ESTÁS LEYENDO
Perfectamente imperfectos
RomanceTodos tenemos nuestros secretos, pero ¿qué pasa cuando tu secreto mejor guardado es descubierto por alguien con quien ni siquiera hablas? ¿Qué pasa si quien menos te lo esperas, es quien mejor te comprende? Maya siempre ha sido de las chicas popular...