Maya Walker
Me separo de Michael pues aunque le he echado de menos estos días y me gustaría que este momento durase más, sigo molesta por su estupido comportamiento de esta semana y no me voy a quedar tranquila hasta tener una explicación.
—¿Esto se va a mover o qué?—Me quejo girandome hacia la pequeña pantalla del ascensor que se ha quedado en negro desde hace rato.
Me acerco a los botones para pulsar el de emergencia en un intento de recibir alguna respuesta, pero no es así.
—Es tu culpa, lo sabes ¿verdad?—Pregunto girandome hacía el pelirrojo.
—¿El que es culpa mía?
—Que nos quedemos encerrados en los ascensores—Respondo obvia.
—Cómo va a ser eso culpa mía—Se ríe.
—Porque es la segunda vez que me quedo encerrada en uno de estos en poco tiempo y solo me ha pasado cuando estoy contigo—Respondo. —Así que hay algo en tí que hace que los ascensores se atasquen.
—Claro, lo que tu diga, es culpa mía—Se ríe levemente y yo asiento.
—Lo es—Añado y se ríe un poco más negando con la cabeza antes de sentarse en el suelo.
Me giro de nuevo hacia los botones como si mirarlos fuese a hacer que el ascensor funcione de nuevo, cosa que no es así.
—Por mucho que lo mires no va a funcionar por arte de magia—Me recuerda Michael.
—¿Y qué quieres que haga? No quiero pasar la noche encerrada en el ascensor—Suspiro.
—No puedes hacer gran cosa, así que siéntate aquí conmigo.
Suspiro levemente antes de asentir y acomodarme a su lado.
Que nos hayamos besado de nuevo no quiere decir que haya olvidado lo que ha pasado estos dias pero ahora mismo no sé muy bien como reaccionar, quiero que me cuente por qué ha hecho el idiota pero una parte de mí tiene miedo de que no me vaya a gustar la respuesta.
—¿Por qué lo has hecho?—Pregunto.
—¿Qué?—Pregunta confuso.
Suspiro de nuevo antes de girarme un poco para mirarlo, haciendo que nuestros ojos se encuentren.
—¿Por qué te has comportado de esa manera toda la semana?—Pregunto. —Todo iba bien, entonces nos besamos, pensaba que todo iría mejor aún pero al contrario, te pusiste raro y distante—Lo miro. —El lunes me sentí como una idiota cuando me senté a tu lado en clase y me ignorastes compleatamente—Añado. —Si quieres apartarte de mí, hazlo, pero al menos dame una explicación, creo que por lo menos merezco eso—Lo miro. —No puedes comportarte como un idiota, después presentarte en mi cumpleaños con cara de asustado, y luego besarme como lo has hecho antes—Comento. —Me estás confundiendo Michael.
—Se que no me he comportado bien y lo siento—Me dice y asiento levemente aunque no es suficiente para mí, necesito que me diga algo más, no me basta solo con esto. —Me asusté.
—¿Qué?—Pregunto.
—Al principio cuando empezamos a llevarnos bien estaba como, que gracioso esto de que me caiga bien, nunca pensé que esto pudiese pasar, ya sabes que te juzgaba un poco...—Me mira y yo asiento. —Entonces empezamos a pasar tiempo juntos y a compartir momentos y al principio intentaba autoconvencerme de que no me gustabas, que solo era una amistad nueva que se estaba creando—Añade. —Pero no era así, me gustas Maya, me gustas mucho—Me mira.
—Yo...—Empiezo a decir pero él niega con la cabeza.
—No he terminado—Me dice y asiento levemente antes de acomodarme un poco mejor pues noto como los nervios están invadiendo mi cuerpo. —Cuando me di cuenta de lo que sentía no sabía que hacer, ¿me tenía que arriesgar y besarte? ¿Era mejor fingir que no estaba notando lo que estaba pasando? Realmente no sabía como actuar, me daba miedo estar malentendiendo las cosas y que por un error mio te apartaras de mí—Me mira. —¿Recuerdas el día que viniste a verme a casa?
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Perfectamente imperfectos
Lãng mạnTodos tenemos nuestros secretos, pero ¿qué pasa cuando tu secreto mejor guardado es descubierto por alguien con quien ni siquiera hablas? ¿Qué pasa si quien menos te lo esperas, es quien mejor te comprende? Maya siempre ha sido de las chicas popular...