Capítulo 39

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Maya Walker

Los días de exámenes han pasado más rápido de lo que pensaba, aunque al fin y al cabo mis días se han basado en ir de casa a clase y de clase a casa, no he podido pasar tiempo con Michael lo cual me molesta pues no puedo empezar a salir con alguien y sentir que estoy descuidando mi relación desde el principio.

Me miro en el espejo y suspiro un poco intentando ajustar mejor el vestido, me siento algo insegura pero no me queda otra opción, no tengo tiempo para cambiarme y tampoco tengo ningún otro vestido acorde con la situación.

Respiro hondo en un intento de calmarme, se que este vestido me queda bien, me lo he probado varias veces y se que me gusta, es solo que estoy nerviosa y eso me crea inseguridad.

Acabo de acomodar mi pelo el cual he decidido que en esta ocasión era mejor llevarlo liso, no se cuanto rato me aguantará de esta manera pero me apetecía llevarlo así.

—Mierda—Murmuro cuando escucho el timbre.

Me miro una última vez en el espejo antes de recoger el bolso y ir a abrir la puerta.

Al abrir no puedo evitar quedarme algo boquiabierta al ver al pelirrojo, pues nunca lo he visto con una ropa tan formal, incluso puedo fijarme en como se ha quitado el piercing de su ceja, se que eso es más acorde con la vestimenta pero en realidad me gusta mucho como le queda.

—Estoy ridículo—Comenta Michael mientras tira del cuello de su camisa, como si le molestase.

—No lo estás—Niego y me acerco más a él para poder pasar mis brazos alrededor de su cuello. —No es tu estilo pero estás guapo.

—¿Lo dices de verdad?—Murmura y yo asiento.

—Lo digo de verdad—Respondo antes de dejar un beso en sus labios, lo que hace que me sonría.

—No se si todo esto es buena idea, ¿y si no vamos? Quedémonos aquí viendo una película o algo—Me dice.

—Ya hemos dicho que íbamos Michael—Le recuerdo y suspira. —Está bien, si quieres no vamos—Le digo pues noto el agobio en su cara.

—No no, tienes razón, hemos dicho que íbamos, así que vamos—Asiente. —Pero esta es la última oportunidad que le doy, lo digo de verdad.

—Me parece bien—Asiento y cierro la puerta de mi casa. —¿Vamos?—Pregunto y él asiente.

Nos alejamos de mi casa para poder llegar a su coche y acomodarnos en este poco después.

—No te lo he dicho antes, pero estás preciosa—Comenta y siento como sus ojos verdes me observan.

—Gracias—Le sonrio y él asiente levemente antes de encender el motor.

Me acomodo en el asiento y intento calmar mis nervios, se que ir a la boda de su padre le pone muy nervioso, así que yo soy la que tienen que mantener la calma, pero aun así no puedo evitar estar nerviosa pues no quiero que John haga alguna estupidez y le haga daño a Michael.

No me puedo imaginar lo duro que tiene que ser para él ir a la boda de su padre con otra mujer que no es su madre y menos aún después de que él los abandonara. Pero por otro lado siento que esto es lo que debe hacer para poder sentirse mejor, su padre ha hecho algunos intentos de acercamiento en este último tiempo así que supongo que hay que darle un último voto de confianza. En caso de que John vuelva a cagarla se que Michael se va a apartar definitivamente de su padre y yo seré la primera que lo apoyará en eso, pues no quiero que le haga más daño del que le ha hecho, así que más le vale comportarse.

—¿Qué piensas tanto? Siento que está apunto de salirte humo por la cabeza—Bromea Michael sacándome de mis pensamientos.

—No es nada, no tiene importancia—Niego. —Voy a poner algo de música—Añado y él asiente.

Una hora más tarde llegamos a nuestro destino, la boda se celebra en la playa, es bonito pero siento que el requerimiento de ir vestidos de etiqueta junto con la playa, no es la mejor combinación.

—Es bonito—Murmuro cuando bajamos del coche y Michael asiente.

Le sonrio levemente y me paro a su lado para poder tomar su mano lo que hace que me sonría levemente antes de dejar un beso en mi mejilla.

Poco después ya estamos entre los invitados, miro a mi alrededor y puedo ver que no hay nadie de una edad similar a la nuestra, lo que es un posible signo de aburrimiento.

Cuando nos acomodamos en los asientos para la ceremonia, puedo ver como Michael está nervioso.

—¿Estás bien?

—Sí—Asiente. —Eso creo—Añade. —Es que es un poco raro estar aquí—Murmura y asiento antes de poner mi mano sobre la suya.

Cuando su padre llega al altar puedo ver cómo observa a los invitados y poco después sus ojos se posan sobre su hijo y entonces una sonrisa se plasma una sonrisa.

—Te ha visto—Le digo.

—Lo sé—Asiente y entonces John levanta la mano para saludar a Michael, así que él le devuelve el saludo.

—Parece contento de verte.

—Eso parece—Asiente.

Pocos minutos empieza a sonar la música, lo que indica que la novia está por aparecer.

La gente se levanta de sus asientos así que nosotros hacemos lo mismo.

No puedo evitar mirar algo emocionada al ver a Sofía, lleva un vestido precioso sin mangas y acompañado de una cola muy larga. No puedo evitar pensar en lo caro que debe haber sido este vestido, los vestidos de boda ya son caros de por sí, pero un vestido tan bonito debe ser mucho más caro aún.

—Te gusta—Murmura.

—¿Qué?

—El vestido—Responde.

—Oh, sí, es muy bonito—Le sonrío y él asiente.

La ceremonia empieza poco después y a medida que pasa el rato no puedo parar de pensar en el calor que hace, definitivamente una boda en la playa en esta época del año no ha sido muy buena idea.

Cuando llega el momento de que la pareja comparta sus votos puedo notar como Michael se hunde un poco en la silla y poco después su pierna empieza a moverse, nerviosamente.

Sé que está haciendo un esfuerzo para mantenerse lo más calmado posible pero sé que esta situación no es nada fácil para él.

—Michael—Murmuro preocupada.

—Estoy bien, no te preocupes—Murmura y asiento, aunque sé que lo que me dice no es del todo cierto, pero tampoco quiero presionarlo.

El padre de Michael empieza a hablar y ha decir muchas cosas bonitas a su pareja, quiero creer que de verdad siente lo que dice, pero escucharlo llega a incomodar un poco pues me hace pensar si a la madre de Michael también le dijo toda esa palabrería.

—No puedo hacer esto—Murmura el pelirrojo antes de levantarse y atravesar a toda prisa el pequeño pasillo de madera por el que ha aparecido Sofia hace un rato.

—Michael—Murmuro algo alarmada antes de levantarme de mi asiento también para seguirlo.

Después de salir del pasillo de madera puedo notar como mis tacones me impiden seguirlo pues hacen que me quede atorada en la arena.

Me detengo un momento para poder deshacerme de ellos ya que de esta manera voy a poder andar más rápido, pero cuando levanto la cabeza no hay rastro del pelirrojo. 

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora