Capítulo 40

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Maya Walker

Después de dar varias vueltas y llamar a Michael por teléfono sin éxito, por fin puedo ver su pelo rojo a lo lejos.

Suspiro aliviada pues estaba empezando a asustarme y a pensar que le había pasado algo.

Sigue en la playa, pero está sentado, observando como las olas golpean las rocas.

Me acerco a él algo dudosa pues no sé si debería dejarlo solo o no, pero la verdad es que no puedo evitar querer estar con él y si él no quiere que sea así, sabe que puede decirmelo.

—Hey—Murmuro cuando llego a su lado.

Michael levanta la cabeza por un momento para mirarme pero no dice nada más, así que me siento a su lado y después acomodo mi vestido.

—¿Quieres hablar de lo que ha pasado?—Pregunto y él niega. —¿Quieres que me quede?—Pregunto y él asiente antes de volver a mirar al mar.

Me acomodo mejor a su lado y apoyo mi cabeza en su hombro en un intento de dejarle saber que estoy aquí y que no me voy a ir.

—Lo siento—Murmura un rato más tarde.

—¿Qué es lo qué sientes?

—Haberme ido de esa manera—Responde.

—No pasa nada Michael—Niego. —Sé que esto era difícil para ti.

—Me he agobiado—Suspira.

—Lo sé—Asiento.

—No podía seguir escuchando todas las mentiras que estaba soltando ese idiota, Sofía no se merece eso, nadie se lo merece.

—¿Mentiras?—Pregunto confusa y él asiente. —Michael, se que no tienes la mejor relación con tu padre pero no sé si es justo que estés diciendo que sus votos eran mentira, estaba diciendo cosas muy bonitas a la mujer con la que va a casarse.

—No lo entiendes Maya.

—No, no lo entiendo, explicamelo—Le pido.

—Sus votos... Ese discurso de mierda donde le declaraba su amor a Sofía y le decía lo feliz que le hace, es el mismo que le dijo a mi madre.

—¿Qué?—Murmuro. —¿Estás... Estás seguro?—Pregunto. —Los discursos en las bodas siento que suelen parecerse, ya sabes, hay gente que no es muy original y entonces suelen usar discursos parecidos los unos a los otros.

—Estoy seguro Maya—Asiente. —Cuando mi padre nos abandonó, mi madre montó varias cajas con todas sus cosas, pero nunca llegó a tirarlas, solo las escondió en un lugar donde pensó que no las encontraria—Me dice. —Hace unos años estaba en el sótano, organizando algunas cosas y entonces encontré las cajas, estaban llenas de fotografías y recuerdos varios de mi padre—Me mira. —Y entonces encontré también el video de su boda.

—Y entonces lo viste—Murmuro y él asiente.

—Se que no fue mi mejor movimiento, pero sí, vi el video, y no una vez, muchas veces, lo vi en bucle, no podía parar de verlo, no me podía creer todas las cosas que decía mi padre, no me podía creer como declaró su amor hacia mi madre delante de toda su familia, le hizo creer que de verdad la amaba y ¿todo para qué? para abandonarla unos años después—Comenta. —Me sé el discurso de memoria, lo vi tantas veces que se quedó grabado en mi mente. Y ese discurso y él de hoy, son el mismo.

—Oh dios mío—Murmuro sin saber que decir, realmente creí que el padre de Michael se arrepentía de sus comportamientos pasados y que quería ser una mejor persona, pero no es así. —Lo siento Michael—Le digo y él se encoge de hombros.

Perfectamente imperfectosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora