Sakura:
—¿Quieres que entre contigo?—le sonrió apretando su mano, y niego con mi cabeza—. De acuerdo, estaré esperándote.
Asiento en silencio, miro a la casa de pensión donde está mi hermano junto con Yukito y Kaho, siendo mi único familiar es que he venido a decirle sobre mi boda con Shaoran en unos días.
No quiero que sigamos así, no deseo volver al pasado, un pasado doloroso que hizo que me aleje por completo de él. Toco la puerta y una mujer me recibe, es bajita y rechoncha, me examina con detenimiento y no evito ponerme nerviosa.
—¿Qué se le ofrece?—pregunta con cortesía—. Si busca habitaciones no tengo disponibles.
—Estoy buscando a una persona—respondo mirando por dentro—. Su nombre es Touya Kinomoto.
—No acostumbro a dejar ingresar extraños a mi casa, pero tú me inspiras confianza—sonrió por ello—. Pasa.
Veo una vez más a Shaoran que asiente con su cabeza, el pequeño recibidor es acogedor, tiene una mesa de centro con unos cuantos sofás de cuero. Pide sentarme pero sigue sin dejar de mirarme con esos ojos escrutadores. Sonrió con incomodidad y empiezo a jugar con mis dedos.
—Voy a llamarlo—me dice captando mi atención. Se retira y suspiro con alivio. Veo a mi alrededor y la casa es acogedora, alguna vez soñé con tener una casa como esta, criar a mis hijos con mucho amor y al lado del hombre que amo. Pero mi sonrisa se borra al recordar que debo decirle la verdad de lo que me ocurrió hace años atrás.
Estoy tan sumida en mis pensamientos que no escucho que alguien se acerca, pero al ver de quién trata mi sonrisa se borra, Kaho y Yukito me reciben con una reverencia, veo tras ellos pero Touya no está.
—Sakura, me alegra tanto verte—Kaho se acerca tomando mis manos—. Sentemonos.
—¿Y Touya?—pregunto sin dejar de ver por dónde han entrado—¿No quiere verme verdad?
—Todo esto lo ha tomado de una manera desprevenida, aún está asimilando que su hermana ya no es una niña y toma sus propias decisiones, dale tiempo—Yukito trata de reconfortarme al igual que Kaho, pero no será lo mismo si él no está el día de mi boda—. Nosotros tenemos algo que decirte.
Ambos me miran con vergüenza y a estas alturas ya nada me sorprende, parpadeo en espera de que hablen, ambos se sientan frente a mi y me estoy poniendo muy ansiosa.
—Cuando llegamos a la mansión de Lang, habíamos descubierto en Japón que la opción de casarse era lo más asequible para terminar con toda esta farsa—oír eso me pone muy ansiosa y de golpe me levanto del sofá—. Quisimos decírtelo al llegar pero…
—¿Touya no lo permitió verdad?—asienten en silencio—. Ahora entiendo muchas cosas, como su rechazo hacia mi novio, a su familia y a mi próxima boda. Se pasó de intenso.
—Sakura no lo juzgues tan duramente, solo intentaba protegerte.
—¡¿Protegerme de quién?, ¿De Shaoran? Él es la última persona que me haría daño!—hablo con voz alta, está vez no estoy dispuesta a quedarme callada—¡Tuve que luchar sola por años, y él qué ¿acaso alguna vez me buscó, intentó acercarse? nunca lo hizo!—estoy temblando de coraje.
Yukito se va no sé a dónde y Kaho intenta acercarse pero no quiero que me toque, ella también acaba de perder mi confianza. Un momento después Yukito llega con un vaso de agua, se lo recibo porque de verdad lo necesito.
Los miro con enojo, esto ha llegado muy lejos, quise en verdad hacerle entender a Touya que estaré bien y seré feliz pero con esto, lo mejor será que estemos alejados un tiempo. Tomo mi bolso para salir definitivamente de ahí.
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𝔼𝕝 𝕊𝕥𝕣𝕚𝕡𝕡𝕖𝕣 𝕕𝕖 𝕞𝕚 ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟
Random¿Que pasaría si por solo una noche por ayudar a tus amigos a cubrir los puestos de trabajo por enfermedad te cambia la vida? Eriol y Shaoran son dos jóvenes que trabajan por el día a día pero la suerte les golpea cuando son invitados a pertenecer al...