Capítulo 32

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Shaoran:

Todo me da vueltas, a pesar de subir por el ascensor no puedo evitar sentirme así, después del rechazo de la que es mi esposa me metí al bar del hotel, tome copa tras copa sin parar, quería olvidarme de esta noche tan amarga.

De un momento a otro después de declarar cuanto nos amamos y unirnos como pareja, solo faltaba consolidar todo esto con nuestra noche especial, quise recorrer su piel blanca a punta de besos y caricias, que sienta mi hombría al gritar mi nombre, pero ese grito que dio al tocarla hizo que me sienta tan terrible.

Por un momento sentí que le dio asco que la toque, por otro lado trato de entenderla, la primera vez para las mujeres es de miedo y ansiedad, pero quiero que se sienta amada y sin presiones, ahora no sé cómo volver a acercarme, tengo mucho miedo que vuelva a gritarme y rechazarme. El ascensor se abre y busco entre mi saco la tarjeta de la habitación, abro con suavidad y al entrar la veo hecha un ovillo en el sofá. Estoy muy mareado pero no quiero despertarla.

Cierro la puerta con cuidado y me apoyo en la pared. Para llegar a la cama se debe subir unas escaleras, llegó a su lado y la muevo con suavidad, al abrir sus ojos y ver que se trata de mí, bota un suspiro. Se levanta pero yo solo me acomodo en el sofá, no puedo dormir a su lado si tanto me rechaza.

—¿Dónde estuviste?—su pregunta me hace arrebolar los ojos.

—¿No es obvio?—respondo molesto—. Ya que se supone que está noche debe ser especial para mí y mi esposa pues…

—Shaoran yo…

—Buenas noches Sakura, que descanses—le doy la espalda, no quiero hablar con ella ahora, saldremos discutiendo y la verdad eso me cansaría.

Sentí que sus pasos se alejaban de mí, lentamente doy la vuelta y al oír ruidos en la cama que se supone debe ser para los dos quede profundamente dormido.

Al día siguiente la cabeza me dolía terriblemente, al ver mejor el lugar de golpe recuerdo todo lo acontecido anoche, me levanto del sofá pero al hacerlo el dolor de cabeza es terrible.

Entré a la ducha, necesito agua fría para poder pensar con claridad, al salir me doy con la sorpresa de verla parada esperándome, ya no tiene el vestido de novia, pero todo lo que se pone le queda muy bien.

—Buenos días—me saluda—. Sabiendo que tendrías dolor de cabeza, pedí que subieran el desayuno acá, además de analgésicos con jugo de naranja.

—No te hubieras molestado—su rostro está muy colorado, al ver el porqué rápidamente busco una playera, mi torso desnudo la ha puesto así—. Puedes desayunar si quieres.

Al verme puesta la playera es que me mira, busco unos shorts pero sigo sin hacerle caso. En este momento deberíamos de estar disfrutando de todo esto, el hermoso paisaje, la playa, pero todo se quedó en el aire.

—Oye—la miro mientras me tomo de golpe el analgésico—. Lo que pasó anoche, no fue mi intención de que termine así.

—No tengo nada que decir ante eso Sakura, me ha quedado claro que te doy asco—paso por su lado pero siento que sus pequeñas manos toman mi brazo—¿Algo más?

—No me das asco—murmuró bajando la mirada—. Es solo que…

—Si deseas puedes ir a dar un paseo por la playa—me mira con los ojos abiertos—. Tengo cosas que hacer.

Me suelto de su agarre que me quema, muero por estrecharla entre mis brazos pero no quiero que vuelva a rechazarme y que me grité que le causo horror. Agarro mi teléfono y hago unas llamadas. En unos días entraré a trabajar al hotel de Fye como administrador y deseo ganar no solo experiencia sino también dinero, para comprar una casa decente. A pesar de lo mal que estamos ahora, nunca podré dejar de amarla y quiero que este matrimonio funcione.

𝔼𝕝 𝕊𝕥𝕣𝕚𝕡𝕡𝕖𝕣 𝕕𝕖 𝕞𝕚 ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora