Capítulo 34

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Sakura:

Durante todo el tiempo que estuve con Kaho no volvimos a tocar el tema de decirle la verdad a Shaoran, nos concentramos en lo que de ahora en adelante será mi terapia. Ahora que estará en un hospital será mucho más fácil que pueda trasladarme para allá.

Las sesiones serán divididas primero en personales donde tendré que evocar y recordar recuerdos de esa maldita noche, algo que me aterra pero ella me ha dicho que es necesario. El deseo será para poder trabajar los tres principales síntomas que sienten las mujeres como yo; rabia, culpa y vergüenza.

Suena largo y difícil pero ella me ha asegurado que todo será fácil si pongo de mi parte. Conversando sobre los horarios y los días que tomare la terapia es que me retiro. Me avisará cuando ya esté en el hospital para poder ir hacia allá.

Al salir me siento un poco más relajada, no del todo pero al menos es un pequeño avance, sus palabras regresan a mi cabeza nuevamente:

Si lo sigues rechazando se cansará y buscará los brazos de alguien más.

Solo con pensar en que sea esa mujer del balneario me lleno de pánico y de celos. No quiero perderlo no puedo hacerlo.

Tome un taxi y me dirigí al centro comercial más exclusivo de Hong Kong, al llegar al estacionamiento me quedé sin aliento, es inmenso y muy concurrido, tiene ascensores con puertas y ventanas de vidrio. Así como escaleras eléctricas, a medida que me voy acercando me voy enamorando del lugar.

Mi móvil está sonando por estar mirando es que no lo oí, al ver un mensaje de Meiling y decirme que está con Tomoyo y Akiho me alegra y reconforta. Guardo mi móvil y sin querer golpeó con algo o más bien con alguien.

—¡¿No te das cuenta por donde vas?!—al ver de quién trata me sorprendo así como ella también—. Pero miren a quien tenemos acá.

—Señorita Susy Mei—saludo con cortesía aunque no lo merezca.

—Señorita Yuang para ti—parpadeo perpleja—. El día que Xiao-Lang nos presento no tuve la oportunidad de dejarte unas cositas muy en claras.

—¿Disculpe?—la veo y lo que tiene de hermosa lo tiene de arrogante y estirada—. No entiendo lo que me dice.

—Xiao-Lang y yo somos muy cercanos, por no decir intimos—eso me tensa—. Así que espero que no te pongas celosa por las muestras de cariño que nos damos.

—Confio plenamente en mi esposo señorita Yuang—sus ojos brillan maliciosamente—. De quién no confío es de las resbalosas que se le quieren meter por los ojos a como de lugar.

—¡Tú!—se lo merece y no me arrepiento, me está declarando la guerra abiertamente—. Ya que captaste mis intenciones lo mejor sería que te alejes de mi hombre.

Cruzo mis brazos, está mujer está loca, Shaoran no es suyo, y nunca lo será, no mientras yo lo permita.

—¿Su hombre?—pregunto con sarcasmo—. Cuando lo conocí no tenía ninguna etiqueta de pertenecer a alguien.

Su rostro se está tornando rojo de la ira y muy en el fondo es lo que quiero, quiero darme la confianza que Shaoran y yo superaremos esto juntos, no voy a permitir que me lo arrebate una recién llegada.

—¿Quieres apostar? Apuesto lo que quieras en que Shaoran me pondrá en primer lugar antes que a ti—enarco una ceja, está mujer es una desvergonzada y descarada—. Nuestra amistad es mucho más fuerte que su supuesto amor.

—No tengo nada que apostar señorita Yuang, confío en Shaoran y es lo único que me importa—se acomoda el cabello junto con sus bolsas de compras, cuando la vi por primera vez en el balneario por un momento me sentí pequeña y poca cosa a su lado, pero solo con unas cuantas palabras de Kaho y el regreso a las terapias es que puedo ser una mujer peligrosa y empoderada si me lo propongo—. Que tenga buen día.

𝔼𝕝 𝕊𝕥𝕣𝕚𝕡𝕡𝕖𝕣 𝕕𝕖 𝕞𝕚 ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora