Capítulo 48

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Shaoran:

Aún no puedo creer que ella estemos así, si es un sueño no quiero despertar, quiero solo contemplar su hermosa figura, su sonrisa que es solo para mí y sus verdes ojos que brillan y me indican lo enamorada que está de mi, así como estoy de ella.

—¿Shaoran?—me pregunta mientras la beso en cada rincón de su piel blanca.

—Dime corazón—nos miramos con todo el amor que nos tenemos—¿Sakura?

—Despierta—eso me deja pasmado—. Despierta ¡ya!

Un balde de agua fría me levanta de golpe, veo a mi alrededor y Sakura está con un balde de agua fría que acaba de tirarme, estoy tiritando de frío, sus ojos verdes están indignados y llenos de molestia. Miro a mi alrededor y recuerdo todo, cuando la saqué del juzgado en mis brazos, sus golpes en todo el camino, salimos de la ciudad a una casa de campo, una que Fye hizo posible alquilar.

—¡Quiero irme, entiende, ya lo nuestro está roto!—me grita furiosa—¡Vete con tu prometida, tu celular no ha dejado de sonar!

Veo mi móvil y está apagado, se acabó la batería y no sé qué horas son. Empieza a dar vueltas como un trompo, se jala los cabellos y eso me pone muy molesto, entonces de verdad está dispuesta a alejarse de mí por completo.

—No vamos a irnos hasta conversar—a pesar de estar mojado no me importa, me acerco y la tomo entre mis brazos, la estoy mojando pero no me importa—. Necesitamos hablar y está vez será todo o nada.

—¡Suéltame no tienes ningún derecho en retenerme contra mi voluntad!—recuerdo el sueño que tuve hace poco, sintiendo su cálido cuerpo junto al mío, su manera de entregarse y sentir su aliento en mi piel, sin darme cuenta me estoy calentando hasta las orejas—¡Por los dioses estás ardiendo en fiebre!

—¿Qué? No yo…

—¡Tu tienes la culpa por esto no me dejaste opción!—se suelta de mí y va a buscar su cartera, pero en verdad no tengo fiebre, estoy así por todo lo que quiero hacer con ella, al tenerla a mi merced—. Toma esto, te bajará un poco la fiebre hasta que lleguemos al hospital.

Me entrega una pastilla que recibí para no seguir haciéndola enojar. Fui a buscar agua e hice que lo tome sin que se de cuenta guarde la pastilla en mi bolsillo.

—Por favor debemos irnos de acá, gracias a ti es que he perdido un día de trabajo, deben estar preocupados por mi—veo angustia en su mirada¿Acaso está así por ese idiota con el que estuvo anoche?

—Sakura por favor no nos iremos hasta que hablemos, que hago para que lo entiendas—resopló molesta y se sienta a un lado de la cama—. Necesito sacarme está ropa.

—Buscaré toallas—huye de mi lado, no desea por nada del mundo conversar y me lo merezco, lentamente me saco la camisa dejando expuesto mis pectorales, ella viene con la toalla y al verme asi se sonroja y voltea a un lado.

Se ve tan hermosa así.

—¡No seas un descarado y cubrete!—me reclama—¡Lo haces al propósito¿Verdad?!

—No sabía que entrarias tan rápido, alcanzame la toalla por favor—pasa saliva, sin verme se acerca con la toalla abierta, no puede verme a los ojos, esto es ridículo, si tan solo hubiéramos consumado nuestro matrimonio no tendría porque ponerse así—¿Puedes mirarme? No es un pecado que veas a un hombre con el torso desnudo, y más aún si ese hombre es tu esposo.

Me fulmina con la mirada para luego ponerse más roja de lo que ya está, sonrió de medio lado, me encanta hacerla enojar, se ve hermosa cuando está molesta. Tomo la otra toalla y con todas las ganas de jalarla a mis brazos entro al baño a sacarme los pantalones.

𝔼𝕝 𝕊𝕥𝕣𝕚𝕡𝕡𝕖𝕣 𝕕𝕖 𝕞𝕚 ℂ𝕠𝕣𝕒𝕫𝕠𝕟Donde viven las historias. Descúbrelo ahora