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Dejó caer su mochila al suelo, suspirando en el proceso y sintiendo como de inmediato todos sus músculos se tensaban.

Observó vagamente la sala de estar, sus padres habían vuelto a cambiar los muebles y el sofá de lado. Siempre que estaban de vacaciones lo hacían, incluso, casi a diario. Como si no tuviesen nada más que eso para hacer. Donghyuck se preguntaba si es que conocían la palabra "descansar", aunque tomando en cuenta que bailan desde que tienen catorce años y desconocen otra actividad que no sea eso... No, definitivamente no.

Volver a casa ya no era lo mismo de antes. Se sentía como en una mentira, pendiendo de una cuerda floja que en cualquier momento se iba a cortar, y es por lo mismo que Donghyuck prefería pasar todo el día fuera de casa, ya sea con los chicos o simplemente paseando.

Tenía tanto miedo.

Y era tan patético, porque debería estar enfadado, debió haber encarado a sus padres el día que descubrió esa fotografía en el ático, pero es un cobarde y le aterra saber la verdad.

Seungmin tenía razón, nunca acababa lo que comenzaba. No sabía afrontar los problemas, ni siquiera sabía respetar sus propias decisiones. Le faltaba tanto para crecer y seguir madurando que se sentía muy lejano. Por un momento solo quiere, desea, añora, que se detenga.

─¿Hyuck, estás en casa? ─la voz de su papá Ten lo hizo temblar en el lugar─. ¡Hicimos puré, ven a cenar!

Mordió sus labios ya maltratados y con pasos lentos, llegó hasta la mesa servida.

Todo estaba tan bonito.

Demasiado para ser una mentira.

─¿Hicimos? ─Taeyong rió desde la cocina, Donghyuck también lo hubiese hecho, pero no podía sentir nada más que no fuese ansiedad─. No le mientas así a nuestro hijo, sabe que no te gusta la cocina.

─Siempre lo mismo contigo, Lee Taeyong ─escuchó una queja y seguido el familiar sonido de un beso.

Donghyuck a esa altura sentía muchas náuseas.

Habían muchas teorías en su cabeza, cada una peor que la otra, y por muy extrañas que fuesen, se podía convencer hasta de lo más absurdo, menos de que sus padres no se amen. Porque ellos siempre han recalcado que son felices juntos, que adoptarlo fue la mejor decisión que pudieron tomar en sus vidas y que se necesitan para seguir avanzando en ese largo camino. Pero ahora que sabe que conocieron a su madre biológica, no deja de pensar en que quizas fue por compromiso. ¿Y si se tuvieron que forzar a sí mismos a quererse para poder unir todas las piezas del rompecabezas de mentiras?

Le dolía considerar esa opción, porque significaría que ellos no fueron así de felices siempre, o capaz nunca alcanzaron a serlo y solo actuaban. Significaría que Donghyuck en realidad no es la prueba de su amor y solo es una cadena que los ató sin otra opción. Significaría que pudieron aprovechar su juventud en algo que realmente deseaban.

─¿Cómo te fue hoy, amor? ─Ten le preguntó, dejando el plato de puré frente a Donghyuck.

─Bien...

─Hablé con Yunho ─Taeyong comenzó a hablar una vez los tres estuvieron sentados con los tenedores en sus manos─, ¿pueden creer que se estaba quejando por los trabajos que tenía que hacer en Francia? Si tan solo no hubiese dejado de bailar...

Ten suspiró, enterrando el cuchillo en la carne.

─Sabes que no tenía otra opción.

Y entonces, Donghyuck recordó una conversación que tuvo con Mark en una ocasión, sobre como su familia se había acostumbrado a aparentar.

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