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─¡Jeongin, trae eso ahora mismo!

El gritó resonó por toda la playa, mientras el chico recién nombrado salía corriendo de la casa con carcajadas atascadas en su garganta. Sus pies se movían rápido, pero no fueron suficientes para detener la estampida que venía detrás de él, todos muy dispuestos a acabar con su vida si era necesario.

Y en un pequeño descuido ocasionado por su propia risa que no le permitía respirar bien, tropezó con la arena y acabó sobre ésta, lo que provocó que más de tres cuerpos acabaran sobre él.

─¡Ya suéltalo!

─¡No, yo la encontré! ─abrazó con fuerza la botella de vidrio, prácticamente la escondió entre su pecho y brazos para que no se la pudiesen arrebatar─. ¡Es mía, déjenme! ¡Amor, ayúdame!

─Él no te va a ayudar, acepta tu derrota ─Minho le dijo con un tono de voz casi de película. Daba gracia, pero realmente estaba buscando la manera de quitarle la botella de las manos─. ¡Ya, Jeongin!

Jaemin se ubicó a un lado y Minho al otro, se pusieron de acuerdo con la mirada y al mismo tiempo, como si estuviesen conectados por telepatía, comenzaron a hacerle cosquillas en el estómago. Jeongin dio todo de sí para que no pudiesen lograr lo que querían, pero las cosquillas fueron subiendo de intensidad y en un pestañeo, se encontraba tirando patadas de allá para acá, maldiciendo y gritando al mismo tiempo.

Finalmente, Chenle hizo presencia y también los honores de arrancar la botella de cerveza artesanal por la que tanto habían luchado, como si no pudiesen conducir cinco minutos para ir en busca de otra.

─¡Lo logramos, equipo! ─gritó, levantando la botella en modo de celebración.

El par de chicos que había estado haciendo sufrir a Jeongin con las cosquillas, se puso de pie para abrazar a Chenle y así dar saltos, mientras giraban en conjunto, volviendo todo mucho más realista.

Dijeron unas cuantas cosas más que Yang Jeongin prefirió ignorar y volvieron corriendo a la casa para abrir la dichosa cerveza. El chico se quedó boca arriba sobre la arena, las manos en el estómago y los ojos fijos en el cielo estrellado.

Hyunjin se ubicó de cuclillas a su lado con una sonrisa divertida.

─¿Qué se supone que fue eso?

─Mi caída ─dijo con dramatismo, suspirando─. Acabas de presenciar la caída del rey...

Su novio rió y le extendió una mano que Jeongin no dudó en tomar.

─Los voy a matar cuando los vea...

─¿Quieres una? ─Hyunjin le quitó la arena de la ropa con suaves sacudidas y golpecitos en sus prendas─. Yo te la puedo comprar.

─No, lo que yo quiero es venganza ─Jeongin estaba más que dispuesto a volver donde los chicos para seguir la pelea, pero entonces, Hyunjin lo tomó del brazo y lo regresó a su lado─. ¡No lo entiendes, es mi segunda derrota en el día!

Hyunjin piensa que Jeongin es lindo sin siquiera intentarlo, puede ser tierno, así como también un grano en el culo. Solo necesita inclinarse hacia adelante para que él se sorprenda y se quede totalmente en silencio, como si fuese la primera vez que lo besa. Sus labios impactan con la mejilla roja y caliente de tanto correr y de inmediato escucha un ruido de satisfacción proveniente de Jeongin.

─Mi equipo de voley era horrible... Por eso perdimos.

─Hey, yo estaba ahí ─Hyunjin comenta, una mezcla entre indignación y diversión que hace reír un poco a Jeongin.

─Creo que fue justo por eso...

─¡Por favor!

Jeongin rápidamente lo señaló con su dedo.

Stray BabiesDonde viven las historias. Descúbrelo ahora