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Minho entró a la habitación del hospital con sus manos apretando fuertemente su sudadera y teniendo un ligero deja vu. No entendía por qué seguía volviendo a ese lugar una y otra vez.

Allí adentro lo estaba esperando él.

─Esta vez sí que te tardaste ─dijo con la voz ronca y los ojos llorosos─, la comida de aquí es un asco...

─Sí, es muy asquerosa ─dándole la razón, le extendió la bolsa café con nuggets y papas fritas dentro de ésta. Minho no estaba muy seguro de si su mejor amigo podía consumir tal cosa, pero de todas maneras cumplió con llevarle algo que no sean las ensaladas y el té amargo del hospital.

Donghyuck se sentó en la camilla, y aunque le destrozó ver como lo hacía lentamente y sin apoyar su brazo herido, le brindó un poco de paz el que no luzca tan desanimado. Estaba pálido y ojeroso, pero no parecía como esas personas que están en los hospitales obligados, es más, incluso lucía más cómodo allí que en su propia casa.

Bueno, Minho entendía la razón por la que era así.

─Oh, voy a llorar... ─él susurró y Minho se acercó para sentarse a su lado, procurando tener todo el cuidado posible de no lastimarlo.

Dentro había una notita con letra desordenada que Minho escribió antes de entrar a la habitación. Ni siquiera se entendía bien, pero Donghyuck, quién lo ha leído desde que tienen ocho años, entendió a la perfección lo que intentó decirle.

Tú puedes contra el mundo entero mi sol, eres mucho más grande que el mismo y sé que saldrás de esto. Te amo.

─Era una porción nuggets y papas sentimentales.

─Idiota... ─Donghyuck le dio un suave empujón y luego lo atrajo en un abrazo frío y débil, pero que alcanzó para llenar el corazón de ambos─. Me pregunto si con Jisung hacías este tipo de cosas.

Minho sintió sus mejillas calientes y se alejó despacio y con muchísimo cuidado. Sentía que en cualquier momento haría un movimiento muy brusco y tendría que llamar a la enfermera porque le abrió la herida a Donghyuck o algo por el estilo. Lastimosamente, no podía olvidar lo sucedido, mucho menos si su mirada se dirigía a la zona afectada de manera inconsciente.

─Él dormía en mi cama y tejía con mamá todas las tardes, ¿acaso eso no te parece suficiente?

─¿Lo extrañas?

Que cambio de tema tan drástico.

─¿Por qué de repente me preguntas eso? ─murmuró, agachando la mirada─. Digo... Está bien en su nuevo hogar, además de que su padre es increíble y tiene la intención de cuidarlo, no como las personas con las que vivía antes...

Donghyuck lo observó y analizó sus acciones detenidamente. Él siempre había podido ver más allá de sus mentiras y sus "no pasa nada".

─No lo sé, solo quería confirmarlo ─apartó la mirada y se echó a la boca un nugget, mientras le extendía la gaseosa que había logrado sacar de la maquina expendedora sin que alguna enfermera lo viese─. ¿Por qué no lo invitas a salir?

Le escupió la bebida en el rostro.

─¡Por supuesto que no!

Donghyuck rió al notar el rostro avergonzado de su mejor amigo. Le dolía el corazón y le pesaba el alma con cada nueva respiración que entraba a sus pulmones y le daba vida a su cuerpo, pero siempre estaría feliz cuando se trata de Minho.

Dejó caer su cabeza en la palma de su mano y le sonrió con cariño. Minho lucía muy gracioso así. Amaba verlo bien.

─Claro, si tú lo dices... Espero no te arrepientas luego, cobarde.

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