Salí muy temprano de casa, la lluvia caía estrepitosamente. El viento me golpeaba los cachetes, a pesar de estar bien cubierta mi cuerpo temblaba de frío. Coloque el paraguas sobre mi en cuanto salí de casa, hacia más o menos treinta minutos que había comenzado a llover, desde hace algunos días el clima era perfecto, era soleado y hacia calor, ahora era lluvioso y frío.
El móvil vibro en el bolsillo trasero, lo cogí, mire la pantalla y conteste.-¿Si?- Unos carraspeos se colaron por la otra línea.
-¿Frances?-Preguntaron del otro lado.
-Si, soy yo.
-Soy Calum.
Rodé los ojos en cuanto escuche su nombre.
-Si te pido el que hicieras esto no pienso hablar de esto no contigo ni con el ni con nadie.
-El no me dijo nada, yo lo he visto, sé que aún te ama, que lo siente, y que sin ti su mundo está incompleto. En verdad el te necesita. Hace días que esta muy mal, en verdad, aunque sea habla con el. Si no regresan esta bien, conprendo, pero al menos habla con el. Escúchalo.
-No lo se, tengo que pensarlo.
-Piénsalo, si decides que quieres hacerlo lo puedes encontrar en el Hard Rock Cafe, el que está en T-Bar, 2000, Sydney. Pero no después de las 6.-Me informo.
-Bien, adiós.
Colgué y seguí mi camino al trabajo.
[...]
-Yo creo que deberías ir y hablar con el linda.-Dijo mi abuela acariciando mi mano.
-Pero es que...es muy difícil. Dicen que el amor no duele, amar al incorrecto si.
-Cariño, si el amor fuera fácil todos lo encontraríamos a la primera y sin sufrirle ni un poco. Sufrir es una manera de sacrificio y así medir nuestro amor de a poco.-Mi abuela me abrazo y deposito un beso en mi cabello. -Anda que aún estás a tiempo, ve y habla con el.
Salí de casa de mi abuela, tome un taxi y le di al conductor la dirección que me había dado Cal. Eran las 5:30 aún había tiempo.
Sabía lo que le diría, le diría que lo amo, que fue un error dejarlo ir, que estoy dispuesta a escucharlo y dispuesta a olvidar lo que paso. Lo haría. Y así tenga que esperar lo haré por que honestamente el es todo lo que quiero para mi.-Muchas gracias-Le dije al conductor y pague.
En la entrada había un hombre con una chaqueta de mezclilla y polera negra.
-Buenas tardes, busco a Ashton Irwin.-Dije, el me miro como si analizara mi anatomía y después dijo.
-Lo lamento, el señor Irwin ya no espera a nadie más.
-Pero necesito pasar, tengo que hablar con el.-Le suplique más no le importó.
-Lo lamento, ya le dije, el señor Irwin ya no espera a nadie.
-Tiene que dejarme pasar-Insistí de nuevo
-Y yo ya le dije que no puedo.-Digo de una forma grave y retadora
-Bueno, me iré-Me di media vuelta y cuando el hombre se distrajo yo entre corriendo al lugar.
El hombre de la entrada me persiguió y me tomo por la cintura, elevando mis pies del suelo y sacándome de nuevo. Un hombre alto, de traje, con canas en el pelo se acercó.
-¿Frances?-Me volví hacia el. -¿Qué haces aquí?
-Necesito ver a un amigo que está en tu café pero este cavernícola no me deja pasar.-Le explique.
-Ralph, déjala pasar.-Pido el trajeado
-Gracias- Dije y me dirigí a lo que venía.
En cuanto entre busque unos rulos desordenados, una banda o unos adorables anteojos cafés. Vi a lo lejos y de espaldas a mi esa mata de rulos que me gustaba despeinar mientras veíamos películas en el sofá. Comencé a caminar rápidamente, le diría que lo necesitaba, que lo quería a mi lado de nuevo, que lo único que quería era a el.
Pero hubiese preferido no acercarme.
En cuanto estuve cerca lo vi a el, pero no estaba solo. Una chica de pelo teñido de morado estaba con el, ellos dos se besaban. Entonces lo sentí, sentí una hola de celos volcar mi estómago. las lágrima invadían mis ojos y una tristeza asquerosa se apoderó de mi. Cubrí mi boca con las manos para sofocar un sollozo, las lágrimas empaparon mis mejillas frías y algo en mi pecho estallo haciendo que un dolor se desatara dentro. Mi cabeza daba vueltas, fui tan tonta. Seguramente Calum ya lo sabía. -O tal vez no- Dijo una voz dentro de mi cabeza.
-"Escúchalo"- La voz de Calum resonaba en mi.
No, me estaba hiriendo demasiado. Caí sobre mis rodillas a pocos metros de ellos dos, Ashton se separó de la chica y entonces la vi. Era ella, la misma.
Una mano se colocó en mi hombro y me volví, era El dueño de la cafetería, mi padre.-Lo siento tanto Fran...-Dijo apenado.- En verdad lo lamento.-Acaricio mi cabeza y me abrazó.
Me aferre a el, necesitaba a alguien a quién abrazar, quién fuera. Me abrazó aún con las fuerza y entonces mis lágrimas no dudaron en hacerse más fuertes, solté un gran sollozo provocando la mirada de más de una persona, Ashton se volvió hacia donde estábamos. Su mirada reflejaba pánico, tal vez dolor y arrepentimiento. Lo mire y llore aún más fuerte, entonces oí mi nombre. Busque con la mirada al dueño de aquella voz. Era mi amigo Jamie. Se acercó a mi y me abrazó, sin aviso o permiso, simplemente me abrazó. Sentí un gran consuelo al sentirlo conmigo.
Mi cabeza daba vueltas, entonces recordé que... había olvidado mi inhalador.