Las ventanas de la casa retumbaban al ritmo de la música, los estudiantes estaban cada vez más ebrios, los vasos rojos se apilaban en la bolsa negra de la cocina con más frecuencia y el césped verde y perfectamente bien cortado por el jardinero estaba cada vez más abarrotado de autos caros. La música subía cada vez más de volumen, los sofás estaban repletos de adolescentes con las hormonas hasta el tope, mis oídos no aguantarían más esta noche, e incluso dudo que tengan la misma audición de antes. En cuanto entré a aquella casa el olor a marihuana e incluso cocaína me golpeó la nariz, una gran mesa al centro llena de bebidas y la sala-ahora pista de baile- con todos esos chicos bailando tan efusivamente me dejaron muy en claro porque las fiestas "buenas" eran aquí.
-¡Hey tríple J!-Gritarón y un brazo se elevo entre la multitud, fui hasta allí.
-Hola.- Dije saludando a Luke, un conocido.
-Hola, que gusto tenerte por acá. ¿Por qué te decidiste a venir por fin?-Preguntó.
No era la primera vez que me invitaban a una fiesta de estas, pero en lo personal prefería evadirlas, no me podía permitir perder clases u horas de descanso por esto.
-Sólo he venido por unos apuntes que se ha quedado el. ¿No lo has visto?- Pregunté ya que no lo veía por ningún lado.
-No, pregunta a Calum, el estaba con Cal hace 10 minutos.-Me dijo Luke señalando al moreno al final de la "pista".
-Gracias, Luke, te veré más tarde- Me despedí, no lo vería más tarde, en cuanto encontrara a ese irresponsable me irá de este lugar.
-Si.- Me aleje y cuando estaba a la mitad de la pista gritó -¡Suerte!
-¡Gracias!- Grité de vuelta y me levanto el pulgar.
En cuanto llegue al final de la pista miré a Calum, el cual estaba en una esquina de la sala. Me miró y levanto su mano como saludo.
-Hola triple J, ¿ese milagro que te veo aquí?-Preguntó, no son los únicos que se sorprenden, yo también estoy sorprendida por haber venido. No lo veía como algo posible.
-Hola Calum, sólo vengo por unas cosas del colegio que le he prestado, ¿lo has visto?- Pregunté, una chica pasó a mi lado sosteniendo una charola con vasos transparentes, agua supongo y tomé uno, lo olí, era agua.
-Si, subió a su habitación, dijo que iba a buscar más música, no tiene mucho que subió.- Contestó alegre y le agradecí.
Subí las escaleras de la enorme casa y busqué, era la última puerta del fondo. No me molesté en llamar a la puerta, ya tenía bastante de esto, le he pedido mis apuntes por más de dos días y no me los ha devuelto, creo que ya se pasó.
-Clifford quiero mis...- Me quedé ahí, petrificada, hubiera preferido llamar antes de entrar.
Parecía que el rechinido de la cama y los gemídos de la chica no eran suficientes para mi, mi cerebro no reaccionaba, mis pies no respondían, mi pecho se sentía de plomo, mi vista se estaba nublando. ¿Pero qué me ocurre? ¿Por qué estoy llorando? ¿Por qué por él?
-Lo lamento- Dije con voz quebrada cerré la puerta con brusquedad, no pdía estar así de dolída, no por el, el no lo vale, el me lastíma, el... no, el no.
Limpié las lágrimas de mis mejillas y me di la vuelta, no me iba a quedar como imbécil llorando por el. El no lo valía ¿o si?. No, por supuesto que no.
El hecho de haber visto a Melanie desnuda debajo del cuerpo de Clifford no podía afectarme, no así. Subí con cuidado las escaleras hasta la cuarta planta, yo conocía esta casa muy bien, la había visitado lo suficiente de pequeña como para no recordarla. Abrí la puerta que da al balcón y salí, cerré con seguro y ahí me quede, la vista era hermosa, no en vano compraron esta casa, la vista de la playa era lo mejor de todo. Claro que el espacio de esta casa también era alucinante.