Estaba sentada en una cafetería esperando a que llegaran las chicas mientras comía una rebanada de tarta de limón acompañada de un té caliente de hierbabuena. Un chico entró a la cafetería seguido por varias niñas, una de ellas se le acercó y preguntó si podían comprar té y galletas para todas, el chico asintió, le dio un beso a la niña en la frente y ambos se acercaron al mostrador.
Aquella niña tendría tal vez 13 años, yo calculaba más o menos la misma edad en cada una de las chiquillas que lo acompañaban, eran 6 niñas en total.
El chico de rulos pidió algo en el mostrador y de inmediato comenzó a flirtear con la trabajadora, el le sonreía dejando que sus hoyuelos conquistaran por si solos a la mujer del mostrador. Ella se toqueteaba el cabello, lo enrollaba en su dedo y sus mejillas lucían rosas, se mordía los labios mientras que aquel muchacho sólo le veía los pechos.
Tomé mi libro, retomando así el capítulo que había empezado hace un par de horas, una fuerte carcajada resonó en el lugar y los pocos clientes que estábamos ahí nos volvimos hacia el mostrador. Eran la trabajadora y el ruloso los que seguían flirteando y no podían parar de reír.
El chico le decía piropos y la chica se sonrojaba, el le tomaba la mano, le sonreía mostrando su blancos dientes, le coqueteaba descaradamente.
Un mesero se acercó a la mesa donde se encontraban las pequeñas y repartió las ordenes como correspondían.
La campana en la puerta sonó y vi a las chicas entrar a la cafetería, levante mi mano para que me vieran y se dirigieron a la mesa donde me encontraba.
-Hola Bek.-Saludaron todas.
-Hola.-Respondí alegre.
Las chicas pidieron un café, pastel y galletas.
Somos una banda, llevamos dos años buscando oportunidades pero desafortunadamente no hemos logrado mucho. Tenemos algunas presentaciones y esas cosas, pero queremos lograr más.
En ese momento sonó el móvil de mi amiga Paulina, contestó y de inmediato nos miró a todas emocionada. Soltó un gran grito llenó de euforia. Entonces supimos lo que significaba. Lo habíamos logrado.
-¡Era Joseph Gordon Levitt, quiere vernos mañana en Los Ángeles, nos dará una presentación en su show!- Gritó y las cuatro nos emocionamos demasiado. Nos dimos un gran abrazo y decidimos ir a casa de Ali para celebrar.
Me acerqué al mostrador pasando de largo al ruloso, pero el no tenía la misma intención y se quedó mirando mis pechos.
-Deja de verme las boobies imbécil. Ve a verle las chichis a tu abuela.- Dije enfadada.
-No te metas con mi abuelita.-Soltó rizos "perfectos"
-No te metas con mis senos, maldito urgido.-Solté sin tacto.
-Irwin, ya basta.-Dijo Mady y yo agradecí eternamente mientras el chico se largaba resongando.
-Una docena de galletas, dos cafés descafeinados, un café con cocoa, dulce de calabaza y leche deslactosada light, un té de hierbabuena grande, una tarta de limón con salsa dulce y un pastel de cuatro chocolates. -Le dije a Maddy, la señorita de la caja.
-Hola Beck, ¿tenemos buenas noticias esta vez?- Preguntó Mady
-Hola Mady, gracias por preguntar y si, tenemos una presentación mañana en Los Ángeles, vamos a estar en Hit The Record.-Dije emocionada.
-Wow, eso suena increíble, por fin conocerás a Joseph. - Mady dijo mientras hacía la factura.- Son 98 dólares.-Dijo
-Diablos, ¿por qué tanto?-Dije aún sin comprender.