La intensa luz blanca término por nublar completamente mi vista, el doctor colocó la lámpara ahora en mi hijo derecho y yo la seguí. El hombre de impecable vaya blanca sonrió y me dijo.
-Fue sólo un susto, pero me gustaría que te quedaras solamente el día de hoy para ver que tal sigues.- Yo asentí no muy contenta debido a que debía ensayar pero no podría por obvias razones.
-Vas a ver que seguirás mejor.-Dijo Tommy e hizo una pausa prolongada.-Cuanto menos mires ya estaremos de regreso arrasando con Broadway.
-Eso espero, no soportaría no poder bailar.- Dije con tono hostil.
-Tranquila.-Pauso y se levantó del sofá.-Tienes-miro a su reloj-Treinta minutos de haber despertado, todo estará bien, si aviso a Mónica y dijo que no te preocuparas. A demás hoy no hay función hasta dentro de dos días así que tienes el tiempo exacto para recuperarte.-Asentí lentamente, como sopesando sus palabras.
La puerta se abrió estrepitosamente dando un fuerte golpe a la pared. Una silueta se detuvo en el umbral de la puerta y lo vi, era el. Hizo ademán de entrar pero al ver a Tommy decidió quedarse ahí, de pie.Toco con los nudillos y dijo.
-¿Se puede?- Ese tono roncó y profundo que tanto había extrañado estaba ahí de nuevo.
-Claro que si-Dijo Tommy mientras asentía con la cabeza.
Michael agradeció y vi su rostro, iluminado por la luz blanca de la habitación por primera vez desde hace meses. Se veía hermoso, llevaba puesta unos pantalones ajustados negros, unas botas negras estiló militar y una playera sin mangas de Harley Davidson. Sus facciones eran más duras de lo que podía recordar y otra vez su pelo estaba teñido de negro, como la noche en la cual lo vi por última vez. Tenía marcas moradas debajo de los ojos, se veía exhausto, frustrado y dolido.
-Harley-Me dio una sonrisa, pero no una cualquiera, esa sonrisa que me hacia sentir especial.
-Mike- Dije igualmente entusiasmada y sintiendo mis mejillas arder.
Dicen que cuando amas a alguien realmente no puedes odiarle por romper tu corazón; yo no podía odiar a Mike a pesar de haberme dejado, no podía ni siquiera considerarlo, no era una opción para mi.
Y entonces reaccioné, el no había echo mierda mi corazón, lo había hecho más fuerte, lo había echo capaz de aguantarlo todo. Me hizo fuerte.
-Lo lamento, por mi culpa te dio un infarto- rió- literalmente.
Sonríe y le dije
-Siempre tienes a mi corazón al borde, Clifford.
Mike se volvió a ver a Tommy y de inmediato comprendí.-Tommy, ¿nos podrías dar unos minutos?-Tommy asintió sin refunfuñar y cerró la puerta detrás de el.
-Perdóname-Dijo Mike.
-No, no estaba en nuestras manos el hecho de que mi corazón fallara.-Dije y el negó divertido, tomo la silla y la coloco justo al lado de mi cama y tomo asiento en ella mientras cogía mi mano.
-No hablo de eso, o sea si y no, me refiero a que lamento haberme ido hace un tiempo, lamento haberte echo pasar un mal trago, lamento haberte desilucionado, pero sobre todo lamento no haber estado ahí contigo cuando más me necesitabas.-Las esmeraldas de mi chico comenzaron a inundarse en lágrimas, su bello entrecejo se arrugo y su rostro se puso rojo como tomate. Acerque mis pulgares a sus ojos y enjugue las lágrimas.
-No te preocupes, ahora estas aquí, te he vuelto a ver y eso me basta y sobra. Estas de nuevo junto a mi y no voy a dejar que nada te vuelva a llevar lejos de mi. Ya no.- Me acerque a el y tome su mejilla con mi mano libre y en un hábil movimiento besé sus labios. Era un compás lento, como diciendo "Hey, te he echado de menos"
Mike interrumpió el beso y me dio una gran sonrisa como lo hacia antes. Unió nuestros labios de nuevo y me dijo.
-Después de todo, sigo siendo tu excepción.
