Estaba sentada al frente de la ventana de una pequeña cafetería cerca de casa. Observaba los autos pasar frente al lugar, aún llovia un poco, los autospasaban demasiado rápido, las personas corrían de un lugar a otro buscando un lugar para atajarse. Terminé mi taza de café y llamé a la mesera. Pague mi cuenta y sali del lugar.
No importaba si me empapaba, quería caminar sola, por tanto tiempo me había convencido de que estar sola era la mejor opción. Si jamás hubiese roto mis propias reglas en este momento yo estaría bien. Estoy viviendo lo mismo que mis padres, con un pequeño detalle diferente... Yo si me enamoré de el.
Las gotas de lluvia me golpeaban, al igual que lo hizo la realidad esta mañana.
¿Cómo había sido tan estúpida? Paré por un momento y lo vi, estaba del otro lado de la acera con una chica, sus manos estaban entrelazadas y eso me golpeo muy fuerte. Caí sobre mis rodillas y desconsoladamente me solté a llorar, estaba destrozada. Sentí los pasos de aoolguien viniendo hacia mi.
-¿Necestitas ayuda?- Preguntó esa voz grave y rasposa.
-No, estoy bien- Dije y me incorporé letamente.
-¿Segura?
-Sí, no te preocupes.- Repliqué rápidamente y me volví a verlo. Era un chico alto, delgado, con la ceja derecha perforada al igual que sus orejas. Era demasiado blanco, demasiado alto, demasiado atractivo, demasiado atento.
-Ven-Me tendió su mano y yo con desconfianza la tomé.-Estás demasiado mojada, no te puedes quedar así.- Dijo con cierta preocupación en su voz.
-Mi casa está cerca de aquí.-Dije.
-Bien, vamos.- El me tomó del brazo y comenzamos a caminar.
Doblamos unas cuantas cuadras y después llegamos a un fraccionamiento, ahí es donde yo vivo. Es un lindo lugar, tranquilo y muy pacífico. Las lágrimas aún nublaban mi vista, pero luchaba contra ellas, luchaba contra la realidad y eso no era buena. Tenía que aceptarlo y dar por terminada la historia. No podía seguir viviendo de una mentira, mucho menos de una qu lo había sido por mucho tiempo.
-¿Aquí vives?-Preguntó el chico sorprendido.
-Si, creo que te conozco, he visto tu rostro en alguna otra parte.-Le dije aún analizando su rostro, buscando alguna seña en particular que me ayudara a recordar donde le había visto ya.
-No lo sé.-Dijo rascando su nuca y soltando una risita nerviosa.
- ¡Ya sé!-Dije emocionada. -En el muelle, a veces vas ahí con otros 3 chicos.
-Si, tu eres...¿Harley? Si, Harley.
-Si, yo soy Harley, tu eres Michael, teconozco, he escuchado de ti desde el 4 grado.
-Lo sé, yo también sobre ti.
Abrí la reja, caminamos por el fraccionamiento a pesar de que la lluvia aún no paraba.
Al llegar a mi casa invité a Mike a pasar, después de todo no era un extraño como pensé.
Me cambie rápidamente y después de eso Mike y yo comenzamos a platicar de cosas triviales.
