*Nota de autora: Chicas este imagina puede contener partes HOT, si no quieren leerlo lo entenderé. Espero que les guste, no juzguen mi perversidad, no soy buena en ello.
Lane se encontraba en la cocina, miles de cosas le cruzaban por la cabeza. ¿Dónde estaría Calum? ¿Esta con ella? ¿Cómo se siente? Pero la pregunta que más le dolía hacerse era ¿a Calum le habrá dolido perderla tanto como a ella le dolió perderle?
Claramente nadie- además de Calum- podría responder aquellas preguntas. Pero Lane tampoco quería saber las respuestas, sabía que riesgos conllevaba responderlas, y no quería correr el riesgo.
El timbre del microondas ayudo a Lane a reaccionar, tomo su taza de té y se sentó en el sofá, cogió el control remoto y comenzó a buscar algo bueno en la televisión. Hace días se había dicho y prometido a sí misma que si era necesario arañar las paredes, amarrarse a la cama o incluso quedarse encerrada en casa un buen tiempo, lo haría. Intentaría todo lo que estuviera en sus manos para no ir corriendo detrás de Calum y decirle cuanto lo amaba, cuanto lo extrañaba y que lo quería devuelta.Tomo un sorbo de su té de limón y suspiro. Amaba el sabor de aquella bebida, la relajaba demasiado y eso era lo que más necesitaba a estas alturas.
El móvil, que descansaba a su lado en el sofá de dos plazas, comenzó a vibrar. Lane detuvo la película Charlie St Cloud y atendió la llamada sin si quiera ver de quien se trataba.
-Hola.
-Hola, Lane, necesito hablar contigo.
-¿Calum?- Lane dijo con voz quebradiza.
-Si, por favor hay mucho de que hablar.
-No, te equivocas.
-Déjame explicarte, por favor, si después no me quieres volver a ver estará bien, dejaré de interrumpir en tu vida. Pero por favor, tenemos que hablar.
-De acuerdo.
-¿Hay algún lugar en donde me puedas encontrar?
- En el Room 93, en 10 minutos.
-Perfecto, ahí nos vemos.
Y colgó.
Lane simplemente cambio sus sandalias a unas cómodas botas, recogió su cabello en un moño y tomando las llaves de casa salió. Las aceras se encontraban abandonadas a su alrededor, el cielo estaba lleno de nubes, nubes grises, asquerosas nubes grises. En cuanto vio el bar sintió una enorme nostalgia, una gran nostalgia. Con forme seguía avanzando el corazón le latía,pero Lane había notado algo, su corazón latía de nuevo por el; por Calum. El maldito imbécil que había hecho trizas su corazón- de nuevo-.
Entro al lugar, la primera vez que había ido parecía un cálido e increíble bar. Ahora se sentía solo, frío, sin color. Comenzó a repasar cada mesa con desesperación, lo buscaba a el más no obtenía resultados. Alguien a sus espaldas toco suavemente su hombro provocando un grito de parte de la morena. Lane, sin previo aviso, soltó una gran bofetada dando justo en la gorda mejilla del chico.
-¡Auch!-Dijo el frotando su mejilla.
-Diablos, lo lamento mucho Calum, no fue...-Pausó Lane.- Olvídalo, no lo siento, te lo tienes bien merecido.
-Lo sé, lo sé.- Admitió el moreno.- Toma asiento.- Lane obedeció al muchacho y después lo miró.
-¿Y bien?-Dijo Lane apresurada, pues sentía como el deseo de abrazar a Calum la comía viva.
-Necesitamos hablar de lo que pasó, antes que nada, escúchame, después puedes golpearme y lo que tu quieras.
-Bien, pero sólo te advierto que no regresaré contigo.- Calum asintió sin animo alguno y tomó una larga respiración.