Era viernes por la mañana, tenía demasiada pereza encima, literalmente. Y sé que no hay que sorprendernos de que yo tenga pereza, es decir, soy el chico que de niño soñaba con crecer y convertirse en un dormidor profesional - en caso de que exista sigo esperando- pero ahora soy el chico que va a cumplir veinte años, toca la guitarra- como un maldito Dios griego y no es por presumir- en una banda. Soy el chico que cumplirá veinte años y que aún se disfraza de picachú, el chico de veinte años que aún juega video juegos como idiota, el chico de veinte años que no ha podido conseguirse una novia; un maldito chico de veinte años que está solo.
Me incorpore lentamente en la cama ¿quién diablos necesita una novia? Tengo miles de fans, ellas me aman y yo también las amo, nadie necesita una novia cuando tienes miles.
Me puse de pie dispuesto a tomar una ducha lo suficientemente fría para despertarme, después de haberme duchado y estar limpio y guapo-como siempre- salí de mi habitación listo para ir a algún lado, no sabía a dónde ir pero seguramente encontraría algo.
Comencé mi día dando una vuelta por el parque frente a mi departamento, después fui por un café y una rebanada de pastel de chocolate. Subí de nuevo a mi apartamento y lo comí con calma mientras veía una película de terror.
El móvil comenzó a vibrar en mi bolsillo derecho. Era Ashton, tomé la llamada.
-¿Si?
-¿Mike?- Preguntó al otro lado de la línea.
-Supongo que si, ¿qué sucede?- Pregunté.
-Llamaba para decirte que nos veremos en el estudio a las 6 ¿puedes?
-Claro.-Dije y el ruloso colgó.
Wow, ni siquiera hubo un felicidades o un ya eres viejo. Simplemente un "nos vemos en el estudio". Eso es malo, no es como que me importe, pero tampoco es como que sea un jodido insensible ¿saben?
Eran justo las 2 en punto así que tengo cuatro horas libres y no tengo ni puta idea de que hacer. Encendí el radio, me quité los jeans y me quedé en calzoncillos. Conecte mi móvil al estereo y puse la canción Livin on a Prayer de Bon Jovi. Tome una vieja escoba, me subí a la mesa y comencé a cantar a todo pulmón.
Después de por lo menos quince canciones, yo cantando sobre una mesa sosteniendo una vieja escoba, coloqué mi favorita How you remind me de Nickelback. Comencé a cantar con verdadera pasión; pero entonces llamaron a la puerta.
Me acerqué a esta para abrir y escuche una especie de murmullos al otro lado, alguien estaba tarareando mi canción favorita. Y lo hacía muy bien. Me asome por la mirilla y vi a una chica. ¡Genial, pizza!
Abrí la puerta y de inmediato la chica gritó al verme.
-Si, tranquila, soy Michael Clifford pero para de gritar, sé que soy famoso e irresistible...
-No, no es eso, es que esta en calzoncillos.- Dijo y fue cuando noté que se cubría los ojos con su mano libre.
-¡Mierda! No sabes cuanto lo lamento, no era mi intención que me vieras en calzoncillos.
Entonces noté lo bella que era esa chica, me puso tan nerviso, no sé en lo que pensaba simplemente le dije.
-Podemos mejorar la situación, ya no estaré en calzoncillos.-Y entonces me los quité. la chica bajó su mano y en cuanto me vio gritó de nuevo, el color le subió al rostro y así, sin más, se desmayó.
-Mierda...¿qué hago?- Y antes de que alguien viera a una chica en suelo y a un tipo imbécil desnudo frente a la chica la arrastre hasta mi apartamento, baje el volumen del estereo y me vestí. Coloqué a la chica en mis sofá y me quedé ahí, abrí la caja de pizza, tenía una carta dentro;
