CAPITULO 39

2.2K 154 32
                                        

Más preguntas llegan a mi mente, ¿por qué yo?, ¿sere suficiente?, ¿lograre sobrellevarlo?, ¿caeré en el intento?, no quería ser negativa pero mi mente no me lo está poniendo fácil, volví a pensar en ello hasta que una mochila golpeó mi cara.

—Blair hija ¿estas bien?, llevo llamandote por un buen rato pero no me respondías—hablo mi padre sacándome de mi ensoñación —La mochila para mañana y espero que esta te dure para más de dos meses, no quiero estar pidiendo mochilas como el año pasado.

—Bueno no prometo nada, no es mi culpa que sean poco resistentes—dije cuando agarre la mochila que había caído al suelo era de tiras gruesas y estampado de serpiente en tono gris y negro—Gracias.

—Durarían más si las tratase con un poco de cariño—dijo y revolvió mi pelo y yo me quejé—Ah claro se me olvidaba tu madre me ha dicho que tienes que ir hoy o mañana a el gimnasio para pedir la hoja de inscripción.

—Vale me pasaré esta tarde y miraré algo de material para mañana, les dire algo a las chicas—dije cuando mire la hora en el reloj de mi móvil, subí las escaleras y entre en la habitación les mandé un mensaje a las chicas y solo María contestó, las demás dijeron que si pero les costaría más por que estaban forrando libros, la suerte mía es que mi madre ya lo había hecho por mí y María había sido más rápida.

Entre al baño y me dispuse a peinar mis revoltosos cabellos y joder dolía muchísimo, una vez peinado me hice una de trenza de
raíz normal cuando salí del baño casi me da un infarto al ver a una rubia tumbada con el móvil en mi cama.

—Tu ya ni avisas, para que verdad—dije mirándole sarcástica —por donde has entrado no te he escuchado entrar.

—Por el balcón—suelta tranquilo.

—Puedo saber el por qué de tu visita me tengo que ir—dije cuando empecé a buscar un bolso donde meter mi cartera con mi móvil y llaves.

—Vengo a quejarme y proponer una cosa—dijo como un niño pequeño que intenta convencer a su madre de quedase más tiempo jugando—Como yo he sido usurpado de mi lugar injustamente por que yo no he hecho nada de nada.

—Ay mi rubia, vosotros dijisteis todos o nada—dije y me pasé a darle un pequeño beso en su mejilla a lo que el quiso uno en los labios pero esquibe rápidamente—Tengo una pequeña idea seguiré siendo tu amigo pero quiero ciertos derechos, nada serio hasta que estemos todos en la misma línea.

—Vamos lo que me estas diciendo es que quieres que seamos follamigos—dije cuando había puesto todo dentro del bolso—Vale, me parece bien—él sonrió en grande.

—Entonces supongo que ya puedo hacer lo que llevo deseando hacer desde esta mañana—me giro sobre mi eje y me dio un beso bastante fogoso, bajo sus manos una dejándola reposar en mi cintura y el otro fue bajando lentamente por dentro de mi pantalón agarrando mi culo y el sonrió en medio del beso, aparte mi cabeza terminando el beso—Mucho mejor pero te aviso que esta noche vendré y quiero que dejes la ventana abierta.

Ahora la rubia tiene complejo de Edward Cullen, le di un beso de pico y me fui de mi cuarto con el a mis espaldas.

—¿A donde vas?, te acompaño—dijo y me agarró de la mano.

—Para que preguntas si lo estás haciendo.

—Se llama Educación—y yo rodé los ojos—No hagas eso—demandó con voz dura y malditamente sexy y negué ante su demanda.

—Voy a ir a el gimnasio que está cerca de la floristería de la señora Luna—dije y el sonrió como si hubiera dicho algo fantástico.

Bajamos andando por las calles aún cogidos de la mano, varía gente le saludo como si fuera una persona famosa, llegamos a la entrada del Club Deportivo Phoenix, espere a que la recepcionista llegará y apoye en el brazo de la rubia, una mujer de pelo negro corto me atendió y sonrió en grande al ver a mi acompañante.

—Hola muchacho, hoy no te he visto en todo el día — dijo saludando y puso su vista en mi— Hola buenas, dime ¿que quieres?

—Hola Yolanda, esta hermosa chica querría apuntarse—dijo y yo sonreí y le salude con la mano.

—Oh por supuesto, ¿cuantos años tienes?— me pregunto.

—Voy a cumplir diecisiete años.

—Al ser menor de edad hay una clase que es de estudiante y te sale a treinta euros al mes—dijo mientras señalaba el precio que estaba en un folleto—¿Quieres que te de la hoja y me la traes cuando puedas?

—Si por favor — dije amable,  fue a buscar una dentro de una oficina q he había detrás suyo y me la entregó, la rubia me dejó por que fue a mirar una cosa adentro.

—Acaso es tu novio, te has conseguido una buena pieza muchacha ese chico ahí donde lo ves es nuestro mejor entrenador y el chico quieras que no esta muy bien.

—Eh bueno no digo si, lo estamos intentando por ahora—dije avergonzada.

—No seas tonta y atrápalo porque más de una vivora anda detrás de él —dijo y señalo un par de chicas que estaban demasiado cerca de mí rubia—Aaron hijo no hagas esperar más a tu noviecita—el con el ceño fruncido y una sonrisa se acerco y las serpientes mi miraron con odio y se fueron, genial ni he empezado y ya me odian cuando estuvo conmigo nos despedimos y salimos doble la hoja y la metí en el bolso.

—Así que mi novia ¿eh? —dijo juguetón.

—Ni te emociones—dije y acelere el paso.

Ya eran las seis y media cuando recibí el mensaje de Maria que me estaba esperando a lado del banco y con Aaron a mis espaldas fuimos hacia allí, no tardamos mucho para llegar cuando la divise con un Damien que parecía querer matarme con la mirada, juro que si he hecho algo no lo he hecho a propósito, salude a manos y empecé a caminar con Maria por delante.

—¿Se puede saber por qué mi mira tan mal? —le pregunte al oído.

—Bueno se podría decir que has interrumpido su sexo de reconciliación y como te he respondido a ti le he ignorado un poquito—a bueno si es eso da igual, a parte el la puede tener más días que que no se me queje.

Pasamos a una tienda y agarre una cestita y cogí lápices, bolis un estuche y marcadores y algunos folios y una carpeta, Maria tenía lo mismo que yo pero diferentes colores.

Pagamos y nos dieron una bolsa con todo dentro, pasamos un tiempo juntas dado que nuestros acompañes se la habían pasado hablando, lo más gracioso era hacer rabiar a Damien cuando me acercaba mucho a Maria o le abrazaba y tocaba un poco de más, no me juzguen aquí si que hay para agarrar y las caras de enfado que pone son demasiado divertidas, llegó la hora de irnos cada uno a su hogar, volvimos la rubia y yo comentando lo gracioso que era ver a un Damien celoso y nos fuimos cada uno a nuestra casa, hice la mochila para mañana y estuve con el móvil hasta la hora de la cena, cene con mi familia y me fui a la cama no don antes leer el mensaje de Aaron.

Deja el balcón tornado

Con una sonrisa torcida torne el la puerta del balcón y me acosté en mi cama, rato más tarde escuche como la puerta era cerrada y me destapaban el olor de su colonia llegó a mis fosas nasales y se posicionó al lado mío y con su fría mano la paso por mi cintura hasta llegar a mi vientre y me acerco a su cuerpo.

Nota de autora

Tres cositas que me gustaría preguntar.

1 ¿Os  gustaría que hiciera una historia sobre Damien y María?

2 ¿Os gusta como va el tema de la relación de nuestros protagonistas?

3¿ Os gusta la nueva portada?






LOS LECROUXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora