CAPÍTULO 58

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—¿Blair?—La voz de María me hizo voltear justo en ese momento nos llegó un mensaje a las dos.

No me gusta esperar

El sonido de la puerta abierta, me hizo poner nerviosa y ambas pasamos.

Tercero A

Subimos al ascensor—¿A ti también?—le pregunte y me enseñó la conversación.

—Al principio pensaba que era una tontería pero cunado te fuiste los mensajes me preocuparon, Blair enserio tenemos que tener cuidado de Amanda, ella es peligrosa—me dijo con una mueca, acariciando su brazo izquierdo.

Llegamos a la planta donde y María golpeó la puerta hasta que una voz de mujer nos dijo que estaba abierta.

—Os estaba esperando jovencitas—una mujer mayor de pelo blanco recogido en un moño estaba sentada en un sillón con su bastón en mano—Adelante podéis sentaros.

—¿La conozco?—le pregunto María extrañada.

—Querida cada cosa a su debido tiempo, pero me podéis llamar Giselle—dijo amable con una sonrisa nos ofreció una galletas y nos sentamos ambas en un sofá   delante de ella—Ahora si jovencitas tenemos que hablar—su rostro se tornó más serio.

—Conozco a Amanda desde que era una mocosa, recuerdo el día en que llegó al pueblo tan sonriente como siempre, un día conoció a los jóvenes del clan Lecroux, los años iban pasando y los jóvenes se iban enamorando—esa palabra no me gustó ni un pelo, pero no puedo hacer nada yo ni siquiera los conocía en cambio a María le afecto un poco ya que aportó su mirada—Nadie se daría cuenta de la verdad tras esa joven que parecía realmente enamorada pero no era lo que parecía ella los manipulaba  eso no es amor, jugaba con ellos se divertía siendo su centro de atención, y siempre debe salir algo mal, los juegos de Amanda se le estaban saliendo del control—la historia me estaba poniendo nerviosa la señor apretó el bastón en su mano—Su obsesión por ellos la estaba volviendo loca, uno de ellos se dio cuenta que lo que pasaba no era sano para ninguno de ellos, intento hablarlo pero no le hacían caso al contrario de lo que el esperaba todos se pusieron en su contra, a tal grado de abandonar a su propia familia por un amor tóxico—Axel, su nombre resonaba en mi cabeza—Amanda no comprendia por qué uno ya no le quería estaba furiosa de no poder conseguir su atención, ella se encontraba cegada por la furia, se acercó a él cuchillo en mano su mirada estaba ida y le repetía una y otra vez que el sería de ella y se abalanzó sobre él fallando en el intento.

La mujer nos miró y suspiró—Amanda fue llevada a juicio, pero no a la cárcel y fue internada en un centro psiquiátrico, del que nadie esperaba que saliera su llegada a Phoenix no es ninguna casualidad chicas,  debéis tener cuidado—nosotras nos miramos la una a la otra y entrelazamos nuestras manos—Se chiquilla es muy astuta y explosiva, no se puede saber cuándo saltara sobre tí.

—¿Porque nos está ayudando?—le pregunté.

—Se que vosotras les hacéis bien, y ellos os quieren aunque no lo creaís sois demasiado importantes para ellos y se merecen serlo y que los quieran de verdad—nos dijo ella en especial a María que sonrió—Por los que tengo entendido se quedará a terminar el bachillerato aquí en Phoenix, tener cuidado chicas y nos vemos—agarramos nuestras cosas y salimos de la casa, María y seguimos conversando hasta que llevo el punto donde ya nos teníamos que separar.

~Nos espera un año movido~

||Salto en el tiempo||

Estábamos ya en la graduación, de segundo de bachillerato, me encontraba en mi casa con todas las chicas para vestirnos y arreglarnos.

Durante este año mi relación con los Lecroux se volvió más sólida, nos contábamos todo, María oficialmente estaba saliendo con Damien, Bea y Luca también empezaron y íbamos todas a la universidad.

LOS LECROUXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora