Paso una semana desde el día en que ellos me dejaron, algo parecido le sucedió a María sin llegar al extremo que llegue yo, todo esto se lo contamos a Giselle, ella nos comentó que tuviéramos cuidado solo tenía tres de cinco y eso nos ponía más en riesgo.Axel, él no se separó en ningún momento de mi lado vivía en mi casa prácticamente, Céline estaba muy deprimida se la pasa triste por sus hijos ya que no se hablaban, y en parte me sentía culpable de ello.
Ahora mismo me encontraba con Axel de noche en mi habitación, dado que mis padres no se encontraban en casa y no sé fiaba de que Amanda no apareciese y eso que habían instalado varías cámaras en la casa, por seguridad.
Estaba abrazada a su pecho con mi pierna por encima de las suyas, el me hacía mimos en la espalda y besaba mi cabeza—Estrellita no llores más—sus brazos apretaban más mi cuerpo al suyo—Me quema por dentro verte así, tan.... vulnerable.
—Por que siento que el fuego que una vez experimente la primera vez que os vi se está apagando, convirtiéndose en un dolor que me ahoga por dentro, solo quiero gritar, gritar para que alguien me entienda—dije levantándome mirándole a los ojos—Duele por qué se que ya no se va arreglar por qué la parte dentro de mí que se está quemando con ese fuego quiere dejarlo, se está rindiendo—mire al techo limpiando mis lágrimas.
—Respira estrellita, estoy aquí contigo para que descargues todo lo que tienes dentro de tí—su dulce mirada me reconfortaba, me sentía agusto con él, es mi ángel.
—Te amo Axel Lecroux—dije abrazondome a él como si se fuera a ir dejándome sola, el de tenso y beso mis labios.
Dejándome recostada contra él.
....
Dos días pasaron desde el día que me desahogue con Axel, me encontraba en dirección a casa de María, se ve que ella habla discutido con Damien y el cabron, le había dejado tirada y Hugo a tenido que ir a buscarla.
Pase por enfrente de una cafetería donde en la terraza se encontraban Damien, Amanda y su panda de perros falleros, Amanda me miró con una miradas de superioridad abrazando y besando la mejilla de Damien, yo la ignore y pase por el lado de Damien.
—sei un completo bastardo—le dije con odió y furia, el no se digno a mirarme o a llevarme la contraría—Yo la cuidare mejor—dije con burla
Al menos sabe que tengo razón.
Aligere mi paso y llegue a la casa de María donde su madre me abrió la puerta y detrás de ella estaba Hugo que se miraba preocupado.
—Menos mal que has venido he llamado a Bea pero se encontraba en su campo y tardaría en llegar—me acompañó hasta la puerta de la habitación de María—Oye Blair sabes es mi hermana pequeña y la quiero, ella no ha querido contarme nada por que ella dice que no quiere que me enfade con mi amigo pero si ese desgraciado a dañado a mi hermana amigos no somos—dijo enfadado—Por favor cuéntame después lo que haya sucedido.
Yo asentí y toque la puerta entrando en su habitación—Se puede—entre y ahí estaba ella con su pelo en un moño improvisado con su cara empapada por las lágrimas y sus ojos rojos—Cariño venga ven aquí me senté a su lado y la abracé.
—Soy una ingenua Blair—dijo ella mientras hablaba entrecortada—Me mintió desde el primer momento, lo peor es que algo en mi interior me lo decía que había algo más pero quise creerle, confiar en él ciegamente pero cunado me di cuenta ya me había caído—dijo y apoyo su cabeza en mi hombro.
—¿Que ha pasado?—pregunte acariciando su espalda, ella se encontraba pensativa.
—Me había llegado un mensaje suyo diciéndole que quería verme donde siempre nos encontramos, fui estaba nerviosa desde que Amanda volvió ya no era, bueno digamos que mis expectativas quedaron nulas, pensaba que íbamos a hablar, pero se ve que él estaba muy ocupado para hablar—me miró a los ojos con una sonrisa y lágrimas cayendo—El estaba ahí con ella—podía notar como su sonrisa flaqueaba—Me duele que que haya traicionado pero me duele que se haya atrevido a hacerlo en ese lugar.
Se paró de la cama y agarró un marco de una fotografía donde salían ambos, la sacó y se quedó mirando la foto en silencio—¿Crees que es falsa?—dijo señalando la sonrisa que tenía Damien, yo no sabía que decir—Supongo que ya da igual—dijo y la rompió en pedazos, suspiro y se pasó la mano por la cara y continuo con una sonrisa—Continuo, él se dio cuenta que estaba ahí pero no sé detuvo, al contrario continuo con lo que estaba haciendo—lo dijo con desprecio en su voz—Amanda cuando lo separó me miró...con una sonrisa—lo dijo mirándome sin poder creerlo todavía—Sus palabras textuales fueron... Gracias por se un entretenimiento para mí chico, el pobre solo estaba confundido pero ya está todo aclarado—se río aguantándose las lágrimas—¡El se rió en mi cara! mientras que yo lloraba él solo se reía—dijo con la voz derrotada—Encima para mejorarlo todo el a tenido los cojones de decir que yo tampoco era muy santa, que siempre le coqueteo a todos—dijo furiosa—¡Me llamo ofrecida, sabiendo que el único chico con el que he estado a sido el él!—agarro un álbum y lo comenzó a romper pagina por página, llevándose las fotos con su dolor.
Yo solo me arrodille con ella abrazándola dejando que rompiera ese dichoso álbum —Ya nada nos une—dijo en voz baja pero fue más para ella que para mí.
Bea no iba a poder llagar así que nos quedamos ambas contándonos nuestras penas mientras comíamos helado de limón.
Ambas estábamos riendo cuando llamaron al timbre—¿Esperas a alguien?—le pregunté y ambas nos pusimos de pie yendo hacia la puerta.
—No ya sabemos que mi madre y hermanos se han ido a comprar y tienen llaves—dijo y bajamos las escaleras hasta llegar a la puerta, ella se asomó por la mirilla—No hay nadie—dijo y abrió la puerta con la atención de ver si hubiera sido algún niño con ganas de molestar—Que raro no hay na..—Se giró hacia la izquierda pero pero de quedó muda cuando por su lado derecho estaba Amanda con un cuchillo en sus manos.
—Mira que bien dos por una—dijo con una sonrisa psicópata—Entrar adentro, despacito—dijo poniendo el cuchillo en el cuello de María—Andando no me hagáis enojar.
ESTÁS LEYENDO
LOS LECROUX
Teen Fiction{Duología Eternel} Primera parte: Una noticia que te toma por sorpresa, una mudanza, nuevas amistades, rencuentros y nuevas experiencias. Cuando mi madre me conto que nos íbamos a mudar otra vez a otro lugar diferente a los que estaba acostumbrada...