CAPÍTULO 51

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—Por siempre pequeña.

La tomé en brazos llevándola a el cuarto de baño en mi habitación, la deje sentada en el borde del lavabo con la toalla un poco mojada limpie su rostro, fui pasando desde sus ojos a sus mejillas y por último en sus labios los cuáles se encontraban rojos, trague y aparte la mirada de inmediato y  observe en el espejo como un leve sonrojó adornaba mi rostro, iba a bajarla pero sus manos de agarraron de mi nuca y junto sus labios con los míos en un beso algo tímido y una sonrisa salió de mi boca. Mis manos se deslizaron por su cintura hasta llegar a su culo atrayéndola a mi cuerpo, tome el control del beso tomándola del mentón inclinando su cabeza para profundizar el beso.

Pasé mis manos desde sus rodillas subiendo por sus muslos acercándome a su muslo interno rozándoldelicadamente con la yema de mis dedos.

Intento cerrar sus piernas pero mis manos se lo impidieron, las abrí más para colarme entre ellas pegando mi bulto en su centro para que notara como me tenia con un simple beso. Nos separamos con las respiraciones jadeantes, sus mejillas estaban sonrojadas y su mirada estaba perdida, la tomé en brazos saliendo del baño colocándola en la cama, mis brazos se colocaron a ambos lados de su cabeza, me incliné sobre ella dejando mi rodilla pegada a su centro haciendo fricción, soltó un leve gemido mandando corrientes por todo ni cuerpo, mis manos se posaron en el borde de su camiseta pero me retracte no quería hacerla sentir presionada—Hazlo Egan—sus palabras fueron suaves y firmes en una orden y no iba a negarme ante sus peticiones, saque su sudadera junto su camiseta, dejándola en un sujetador de topos negros.

Iba dejando besos en todo su cuerpo adorandola como se merece toda mujer, no me cortaba en acariciar su cuerpo a mi antojo y ella se reía ante mis caricias—Le quitas lo erótico, a la situación pequeña—mis labios se apoderaron de uno de sus pezones rosados dejando ahora visibles la marca de mis dientes—ella comió ahogando un grito ahora me tocó a mí soltar una risa, termine de sacra su sujetador dejando a la vista sus dos pechos, deje marcas sobre su cuello y clavícula, mi mano iba a bajar a su vagina cuando la puerta de mi habitación fue abierta por el incordio de mi mellizo.

—Me invitas pequeña—sus ojos no se apartaban del cuerpo semidesnudo de nuestra pequeña novia, ella pícaramente sonrió, fue quitándose su camiseta dejándola tirada por la habitación, me levanté levemente de la cama y cogí los extremos de su malla sacándola de sus piernas, solo con su pequeño tanga negron mi mano fue a parar a su muslo donde mi mente se había dado el privilegio de guardar la imagen de ese tatuaje que tanto me había empezado a gustar, mi hermano se aproximó a ella juntando sus bocas en un beso duro y fuerte. Levanté su muslo izquierdo dejando besos y mordidas en su cara interna, se iba retorciendo ante cada toqué, mi cabeza llegó hasta donde anhelaba estar con uno de mis dedos aprte la tela que cubría toda su vagina dejándola expuesta a mis ojos, empecé dejando besos y lamidas degustando la entera sus gemidos y jadeos callados en la boca de mi hermano me hacían sonreír con suficiencia, dos de mis dedos entraron en ella, como acto reflejo su espalda se curvó jadeando libremente mordiendo su labio, Liam se encontraba bastante entretenido con sus pechos, mis embestidas fueron aumentando de nivel haciendo un leve ruido al chocar con su vagina sus paredes iban apretándome cada vez más avisándome de que si orgasmo no iba a tardar, saqué mis dedos de golpe dejando a su orgasmo llegar lamí mis dedos degustando sus jugos, mi pene iba a estallar de lo duro que me encontraba, ambos nos levantamos  sacándonos la parte inferior de nuestras ropas dejando nuestras erecciones en su dirección, una vez que se recompuso se sacó su pequeña tanga y se arrodilló enfrente de nosotros y agarró nuestros miembros en sus manos empezando a hacer movimientos de arriba a abajo sacando un gemido ronco de nuestras gargantas, su lengua recorrió toda mi longitud centrándose en mi glande mientras que sus ojos estaban conectados a los míos, paso a lamer y succionar la polla de Liam sacándole unos gemidos agarró su pelo en su mano haciendo que tomará un ritmo, al final terminamos corriendonos Liam la cogió del suelo dejándola en la cama a cuatro patatas, nos colocamos un condón cada uno el se colocó en frente de ella dejando que sus labios le tomarán.

En cambio yo me coloque de espalda a ella posicionando mi polla en su entrada deslizándome en su interior agarré, sus caderas comenzando con unas embestidas profundas, volviéndose rápidas y fuertes sus paredes me apretaban sacándome gemidos—No pares—su voz sonaba entrecortada y suplicante, tranquila preciosa no tenía pensado parar, termine de correrme en el condón saliéndome de su interior, cambiando posiciones quedando yo ahora con su dulce boca y ella gimió cuando una fuerte embestida golpe en ella, su boca chupo y succionó mi miembro, agarre su pelo en una coleta, haciendo un ritmo profundo y lento, estire mi cabeza hacía atrás tratando con las sensaciones que me hacía procesar—Maldición—las maldiciones de mi hermano al sentir la estrechez de nuestra pequeña hacían que el cuerpo de ella vibrara—No sé que has hecho pero vuelve a hacerlo pequeña—la voz ronca de mi hermano le volvió a causar una vibración en su cuerpo—Hermano creo que a nuestra pequeña le encanta tu voz—Ella se sonrojo y Liam río—A mi me encantas tú—volvió con sus arremetidas terminando de correrse en el condón y unos momentos más tarde lo hice yo, nuestra pequeña se encontraba sudorosa y jadeante Liam fue al baño por una toalla húmeda y limpió suavemente su cuerpo, yo recogí sus bragas y le coloque una de mis camisetas, y la acosté en mi cama, Liam se fue no sin antes dejar un beso en su frente, yo me metí en la ducha , me coloque unos pantalones junto con una sudadera y tome uno de los muchos libros que adornaban  mis estantería apoyando mi cuerpo en el cabecero de la cama estaba leyendo tranquilamente cuando la cabeza de Blair término apoyada en mi pierna y deje unas suaves caricias sobre su cabello, estaba relajado cuando la puerta se volvió a abrir dejando a la vista Aarón.

—Ella está aquí—su voz sonó en un susurro no muy bajo y algo en mí quería matar a esa mujer.

LOS LECROUXDonde viven las historias. Descúbrelo ahora