Experimento 12-Z

XXXIII

Sagitario: 9 de mayo

— Estás haciendo que me desespere — digo en voz baja.

— ¿Yo? ¡Solo digo la verdad! ¿Qué tiene de malo eso?

Esa pregunta hizo que se derrame el vaso con mi poca paciencia

— ¿“¿Qué tiene de malo?”? Dime qué no hiciste esa pregunta realmente — rogué.

— ¡Si la hice! ¡Todos aquí me tachan de lo peor! ¡Y solo por abrir la boca!

— ¡Entonces cierra la puta boca! ¡No hables más si te vas a quejar de que a los otros les molesten tu “verdades”! — digo haciendo las comillas con los dedos.

Pareció sorprenderse cuando subí más el tono que ella.

— ¡No es mi culpa que Piscis sea un niño llorón! ¿Por qué todos saltan a defenderlo? Es porque saben que no puede hacerlo solo, eso sucede — dice con una sonrisa, creyendo llevar la razón.

— No — digo con una sonrisa más grande — estás muy equivocada, Géminis — la apunto con el índice.

— Ustedes quieren creer que yo soy la mala aquí. Pero soy la que no tiene pelos en la lengua para decir los hechos, eso es lo que sucede.

Pasé mis manos por mi cabello, desesperada, histérica.

— ¡POR DIOS! — Grité, ya harta — ¡Estás mal! ¿Cuándo lo vas a entender y dejaras de ser tan necia? Eres una mala amiga, te estás volviendo agresiva, olvidas lo que es la empatía y...

— Que lista tan interesante, ¿“y” que más, cariño? — me interrumpe

— ¡Te comportas como una sociópata! — grité de una vez.

Ví como una silla salió volando a mi lado, pero la esquivé.

— ¿¡Ves lo que te digo!? — grité viendo la silla y devolví mi mirada a sus ojos. Esos ojos fríos y vacíos — ¡Me arrojaste una silla!

— Oh, lo siento mucho — dice y se tapa la boca, pero empieza a reír.

La miré confundida, pero mi expresión cambió a una de enojo.

— ¿¡Qué demonios te está sucediendo, Géminis!? — le grité — Este último tiempo has estado volviendote una Géminis que no puedo reconocer. Mierda, ni siquiera me diste tiempo a procesarlo.

Ví como se quedó callada varios segundos, su mirada se perdió por algún lugar de la habitación y volvió a mí.

— Soy la misma que siempre. Supongo que estoy creciendo, al mismo tiempo que me doy cuenta que todos se convierten como idiotas — contestó algo insegura

Y eso sí me extrañó.

— Gem — dije más calmada — Si algo te está sucediendo, podemos hablarlo, de verdad...

— No me sucede nada — contestó de inmediato.

— ¿Sabes qué? ¡Puedes morir de una puta vez si quieres! ¡Estás dañando a todos! Primero a Libra, ahora a Piscis, ¿Quien más sigue en tu lista?

— Para tu desgracia no pueden deshacerse de mí — dice con una sonrisa en la cara — Y se están tomando todo como si fuera lo peor del mundo, solo estoy diciendo palabras, no he asesinado a nadie como...

— Oh vamos, tú no ibas a decir que Escorpio es peor persona por matar — dije, irónicamente

— ¡Claro que iba a hacerlo! — dice y pataleó — Mi historial está impecable.

— ¿Quieres mi opinión? Deja de meter los defectos de los demás para quitarle valor a los tuyos. ¿Dónde está la Géminis linda y coqueta? ¿La que trata de ayudar y poner orden? ¿La graciosa que te apoya en todo? ¿¡Qué demonios sucedió!? Ahora solo existe la que deja a las personas temblando durante días, sin poder dormir, comer, sudando y llorando hasta que le duela la cabeza. Tus palabras resuenan en la cabeza de Piscis todo el tiempo.