XXVIII

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13 de abril 2020, 02:43 am. Libra;

Hace media hora que estoy en mi cama tirada viendo el techo. Ya parezco idiota.

Me siento tan controlada por Sagitario y Géminis que no quiero ni salir de la habitación sin sentir ojos en mí, juzgándome.

Ahora que lo pienso, ¿Hace cuánto que no salgo a la ciudad?. Dios, extraño tanto salir con las chicas a las discotecas.

¿Qué es lo que me lo impide?

A la mierda todo.

Me abrigué bien con algo de mi closet y salté por la ventana de mi habitación para salir.

¿A dónde voy a ir? A dónde me lleve el destino, no quiero pensar. Ni siquiera traigo mi celular.

Usé mis poderes para crear un fuerte viento, lo suficientemente fuerte para que las ramas golpeen las ventanas y no se escuche que estoy saliendo por las cercas de seguridad.

Listo. Ya salí de la mansión del diablo, ¿Y ahora? A caminar por el descamampado, estamos tan malditamente alejado de la ciudad que me irrita.

O tal vez me ponga a hacer dedito a ver si alguien me lleva a la ciudad.

Caminé un rato, pero no pasa ningún auto. Que conveniente.

Dejé de esperar los vehículos y usé mi poca fuerza para volar. Si alguien me viera, tendría que matarlo o sino estaría frita.

No tengo idea del tiempo —Tuve que haber traído mi celular— pero sé que estuve un rato largo hasta llegar a los edificios.

Las calles están tan vacías que me da satisfacción. Pero lamentablemente hay algunos policías rondando por las calles. Perfecto, me encanta el peligro.

Recuerdo un viejo callejón dónde había una entrada a una discoteca para los menores de edad, me pregunto si estará abierta o están cumpliendo las normas.

Pasé por una reja eléctrica, no es difícil saltar unos edificios y pasar por ella. Me metí al callejón y para mí sorpresa, estaba cerrado. Pero habían unas personas en la entrada.

— ¡Hey! ¿Saben si lo cerraron por la pandemia o por unos días? — les grito.

Pero al acercarme bien, eran unos policías, cerrando el lugar.

Genial. Ya te has metido en problemas

— ¿Disculpe? — me dice uno y empieza a acercarse — ¿Usted pensaba asistir a este lugar?

— No sé de qué me hablas — digo y sonrío.

Otro policía se acerca.

— ¿Sabía de la existencia de este lugar y que los menores asistían ilegalmente?

— Repito. No sé nada — digo poniéndome las manos en los bolsillos

— Deje de mentir — dice y se pone enfrente de mí — Lamentablemente va a tener que venir con nosotros. Ha violado la cuarentena.

Le dí un empujón y escupí en su placa.

— Yo no voy a ir con nadie — digo y empiezo a caminar para salir de ese lugar, pero me toman del brazo.

— ¿Que es esa forma de tratar a un oficial, señorita? Usted no vas ninguna parte.

— ¿Saben que los puedo dejar inconscientes si se me da la gana? No me provoquen — digo, ya cansada y empiezo a trepar basura para saltar la reja.

Los policías salieron corriendo por otro lado y se perdieron.

Idiotas.

Salté la reja y empecé a caminar, olvidando a los policías.

Experimento 12-ZDonde viven las historias. Descúbrelo ahora