"Uno de mis deseos más grandes fuiste tú, y ahora que te tengo, no pienso dejarte ir."
Fue interesante la manera en la que nos conocimos, no voy a negarlo, ¿quién se lo imaginaría?. Único y especial, como todo lo que tenía que ver con él.
Y el tie...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Había estado esperando a que Jaehyun tuviera otra reunión, las cuales nunca eran cortas, para poder escapar. El personal que dejó para que me vigilen ya no estaban tan pendientes de mí, nadie estaba tan pendiente últimamente, y Jaehyun no aparecía ni de cerca cuando estaba en reunión, era mi oportunidad.
Esperé pacientemente al almuerzo y tracé mi plan una y otra vez, cambiando algunos pasos cada tanto, con miedo a que algo saliera mal.
Solo necesitaba hacer ruido y dejar notar que estaba secuestrada, para que me encuentren y rescaten.
Si Jaehyun no les decía que estaba aquí era por algo, pero en todo caso, podía escapar por la entrada, mis piernas deberían ser lo suficientemente rápidas ahora.
—Estarán aquí en media hora —me dijo Jaehyun cortando un trozo de carne.
—Y yo estaré leyendo en mi cuarto. —respondí copiando sus acciones.
—Buena chica. —levanté la mirada, sus ojos brillaban levemente, con alegría quizá.
Y de esa manera me fui nuevamente a mi habitación, con Sara detrás de mí. Se aseguró de que haya abierto el libro ya sentada en la cama y se fue.
10 minutos después escuché voces, no estaban cerca, así que no entendía lo que decían, pero eso me confirmaba que los socios ya habían llegado.
Estuve leyendo unos 20 minutos más, solo dejando pasar el tiempo y esperando a que empiecen su reunión. se pongan cómodos y así.
Cuando sentí que ya era seguro, me levanté. Di pequeños pasos en dirección a la puerta, era muy seguro que había un guardia vigilando afuera como siempre, así que primero tenía que deshacerme de él.
Tomé un reloj de la mesa al lado de la cama, lo habían puesto hace poco y lo agradecía, porque aparte de ayudarme a saber en qué día estaba aquí, ahora también me servía de arma. Era un poco pesado, y de metal.
Otra de las reliquias de Jaehyun.
Me quedé detrás de la puerta, apretando mis labios y el reloj al mismo tiempo. Traté de dejar mi mente en blanco para lo siguiente que iba a hacer.
—D-disculpa… —hablé en voz alta, a la puerta.
—¿Señorita Kang? ¿necesita algo? —Me contestó el hombre que siempre vigilaba afuera y al que le pedía comida o agua a veces.
—Necesito tu ayuda con algo —dije con tono suave e inseguro.
—¿Quiere que llame a Sara o…?
—No, solo necesito que me ayudes con algo rápido. Por favor. —Sentí su titubeo desde el otro lado —Créeme, no tomará mucho, es algo sencillo.
Mordí mi labio inferior cuando él no contestó. Pero vi la perilla girar lentamente y respiré hondo.
—¿Señorita Kang…?— dio unos cuantos pasos, y salí de detrás de la puerta, dándole un golpe con el reloj en la nuca, con toda mi fuerza posible.