"Las ganas de lastimar aumentan desesperadamente en este lugar."
Efímero.
Era algo que siempre nos caracterizó, en todas las ocasiones que estuvimos juntos. Nos odiamos, nos amamos, nos quisimos matar y más tarde anhelábamos sentir la piel del otro.
Nunca tuvimos algo duradero, un sentimiento o momento, por más que quisiéramos mentirnos.
Y de esa manera, fue efímera nuestra tranquilidad.
Porque los asesinos no merecen ser felices.
Nos quedamos bailando hasta las 2 de la mañana, cuando decidimos que era suficiente. Los fantasmas fueron desapareciendo hasta que quedamos solo los dos, a la penumbra de un gran baile.
—Todavía tengo algunas preguntas— susurré.
—Y las responderé todas— dijo suavemente, dándome un corto beso —, todas tus dudas serán resueltas.
—Pareciera que nunca terminaré de conocerte— solté una risa aireada, él sonrió de lado.
—Tenemos unos cientos de años para que puedas conocerme en su totalidad— remojó sus labios rápidamente —Todo a su tiempo, mi hermosa Leia.
Nos despedimos con un último beso, porque él tenía que salir y yo no tenía ganas de acompañarlo.
Él se fue cambiado, indicando que guarden su traje con sumo cuidado, igual que el mío cuando me lo quite.
Y yo salí del salón, dándole un vistazo más, con una sonrisa grande en mi cara. El personal ya se estaba yendo a acostar, recogiendo todas las bandejas con bocadillos, aunque fueran solo para presumir, porque no comimos ninguno.
Pensé que podría pretender que estaba durmiendo, así sería más rápido que Jaehyun llegue.
Recorrí el camino para llegar al dormitorio, y mientras subía otras gradas, mi visión periférica captó algo.
Al principio no le hice caso, porque no era de mi interés, pero una pequeña sensación de curiosidad me atacó, así que volteé y miré al final de otro pasillo.
El cuarto que Jaehyun utilizaba como oficina se encontraba con la puerta entreabierta. Era normal que a veces lo deje así para que el persona pueda pasar a limpiar, pero no a esta hora, porque el o la encargada de limpiar, solía cerrarlo.
Alguien se olvidó de cerrar la puerta.
Y yo entré. La oficina estaba a oscuras, pero mi visión me permitía ver a la perfección. Todo siempre se mantenía ordenado, y había un suave olor a lavanda. No sabía ni por qué estaba aquí, ya que no había nada fuera de lugar.
Pero aún así, me dediqué a dar cortos pasos alrededor del cuarto, paseando.
Tropecé un poco con la esquina de la alfombra guinda que cubría el piso encerado de madera, y con un pequeño mohín, lo intenté arreglar con la punta de mi pie.
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FAVORITE | Jung Jaehyun
Fanfiction"Uno de mis deseos más grandes fuiste tú, y ahora que te tengo, no pienso dejarte ir." Fue interesante la manera en la que nos conocimos, no voy a negarlo, ¿quién se lo imaginaría?. Único y especial, como todo lo que tenía que ver con él. Y el tie...