"Uno de mis deseos más grandes fuiste tú, y ahora que te tengo, no pienso dejarte ir."
Fue interesante la manera en la que nos conocimos, no voy a negarlo, ¿quién se lo imaginaría?. Único y especial, como todo lo que tenía que ver con él.
Y el tie...
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
Estaba a punto de gritar de la exasperación, ¿por qué no me escuchaban? Seguían casi arrastrándome a los autos, creyendo que yo estaba asustada de ellos, pero no, estaba asustada de él, porque Jaehyun no era un idiota.
Y lo confirmé una vez más cuando escuché mi nombre en un grito, que sonó desde lejos pero llegó a mi oído con claridad.
Todos se quedaron quietos y en silencio, ellos también lo escucharon.
—¿Qué fue eso?— susurró Sakura, yo miré abajo, sintiendo las lágrimas picar mis ojos.
—Se dio cuenta— respondí con la voz rota, y recién ella me hizo caso, mirándome confundida.
—¿Quién?
Mi boca se abrió para responderle, pero nada salió, porque no tenía nada positivo para decir.
Un fuerte viento azotó la copa de los arboles y levantó las hojas del piso, erizando mi piel, todo se quedó en silencio, los oficiales se quedaron congelados, seguro también sintiendo el peligro que se acercaba.
El peligro venía corriendo.
—Vámonos— se animó a decir uno de los oficiales, pero era muy tarde, él los había sentido.
Y me trajo el horrible recuerdo de cuando intenté escapar por primera vez, una ráfaga de viento pasando por mi costado, una respiración que sentí por un milisegundo. Igual de rápido que antes, sin tiempo a que nadie reaccione.
Y un oficial cayó tendido al piso, con la garganta abierta.
El grito sorprendido de Sakura no se hizo esperar, todos los oficiales sacaron sus armas y apuntaron, la oscuridad ya nos había llegado, solo las linternas nos daban visión, que realmente no era suficiente para la inmensidad del bosque.
A Jaehyun le gustaba cazar entre las sombras, por lo que estaba con ventaja.
Volví a mirar a Sakura, tenía que sacarla de aquí.
Así que agarré su mano, y empecé a correr, ella no se opuso por la impresión de ver un cadáver. Disparos sonaron, que alumbraban como flashes.
Paré de golpe cuando otro policía cayó en frente nuestro, cortándonos el paso. Sakura volvió a gritar, viendo que los ojos del muerto salían de sus cuencas, colgando solo por un nervio, igual con la garganta abierta, y la mandíbula desprendiéndose.
Salté por encima, todavía agarrada a Sakura, me costó un poco jalarle pero se dejó a los segundos, sabiendo que debíamos correr. Escuchaba los gritos detrás de nosotras, gritos que rompían los tímpanos y dejaban una marca en tu memoria.
Los caminos eran muy oscuros, y me costaba más por estar jalando a mi amiga.
—Hey— casi grito yo más al encontrarme a alguien sentado en la rama de un árbol.
