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Las cosas cambiaron tan drásticamente que se sintió como si hubiera entrado a una situación en la que debí estar desde el principio y no esa tonta fachada de amabilidad y cortesía

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Las cosas cambiaron tan drásticamente que se sintió como si hubiera entrado a una situación en la que debí estar desde el principio y no esa tonta fachada de amabilidad y cortesía.

Jaehyun no volvió, ni hubo más salidas al comedor, traían comida en una bandeja y lo dejaban a mi lado.

No hubo más libros, ni duchas o pantuflas cómodas.

Las porciones de comida se volvieron iguales cada día, insípidas, aburridas, y pobres en presentación.

Dejé de comer luego de dos días, sintiendo el estómago cerrado, y de manera un tanto inconsciente prohibiendo a mi boca el ingerir algo.

Tampoco encendían la luz del cuarto donde me quedaba, estaba a oscuras todo el día, y ni siquiera estaba segura de si el foco funcionaba, solo me daba cuenta los días que pasaban de acuerdo a la comida que me traían.

Me sentía enferma de muchas maneras, estaba exhausta mentalmente, y lo pasaba más durmiendo o mirando el piso, siguiendo los relieves y marcas de la madera, tratando de adivinar cuántos años tenía de haber sido puesto.

El primer día jalé mis manos bastantes veces, buscando soltarme en un ataque de pánico repentino, el primero que tuve en mi vida. Jalé tanto que me marqué mis muñecas fuertemente, juraba que en ese momento iba a morir por el miedo asfixiante que me invadió, y como se esperaba, nadie me ayudó con el ataque, lo pasé desmayándome y lastimando mi piel. Lloré y rogué que me dejaran salir, pero nadie vino. La puerta estaba cerrada con llave desde afuera, no había manera de salir.

El segundo día seguí llorando pero sin fuerzas de volver a jalar, solo apoyándome en la pared.

Y pasaron 8 días de ésta manera, con personas desconocidas viniendo a dejar la comida y agua.

Mis sueños se basaban en que escapaba y encontraba a mi familia, despertaba llorando o sacudiéndome, viendo el techo oscuro. No tenía ni siquiera una manta, solo el colchón y el poste, del cual no me podía alejar mucho, porque si dormía y giraba al otro lado, la cadena me ahorcaba.

Tenía cuidado con eso desde el primer día, que lastimé mi piel en el ataque de pánico, no podía ver pero me dolía mucho, así que suponía que estaba bastante mal.

Alguien volvió a traerme lo que creía era la cena, recogió la bandeja con el almuerzo intacto y se fue. Miré de reojo la bandeja con la cena, y lo empujé lejos con mi pie desnudo y sucio. Cada tanto escuchaba pasos, suponía que eran los del servicio haciendo sus cosas, moviéndose y limpiando.

Creo que finalmente entendía por qué ellos no hacían nada ni intentaron ayudarme cuando me vieron.

Jaehyun me había demostrado de lo que era capaz, y sentía que eso no era todo lo que tenía, ni la mitad. Así también, terminé de armar mi rompecabezas respecto a las personas que me trataban con cuidado, no me tocaban mucho, evitaban mirar a Jaehyun, y bajaban la cabeza cuando él pasaba.

FAVORITE | Jung Jaehyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora