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No es justo para mí.

—¿Entonces qué quieres para que sea justo? —miré el agua ya un poco turbia por la sociedad que se desprendía de mi cuerpo. —Leia, no tienes opciones.

¿Por qué amenazas a mi familia? Yo me metí en esto, no ellos.

No tengo intenciones de matarte, pero si intentas volver a escaparte tendrás un castigo peor. —contestó mirando mi hombro desnudo y con algunas gotas bajando.

Me quedé callada con los pensamientos golpeándose unos a otros en mi cabeza, debía ser inteligente.

No tengo opción en cuanto a esto, pero seré insoportable para ti, te lo aseguro. Así que, para que sea más justo, hagamos un trato.— levantó una ceja con interés, atraído por la idea.

Bien... ¿qué propones?

No intentaré escaparme, ni seré insoportable, a cambio de que no mates a mi familia, sí, pero además, necesito que tú seas más... amable y permisivo —rió incrédulo.

¿Tienes la valentía de pedirme eso después de lo que hiciste?

No quiero estar encerrada en este cuarto todo el tiempo, me voy a volver loca.

Lo voy a pensar— abrí la boca para protestar, pero no dejó que lo haga, volviendo a hablar —¿Te portarás bien entonces?— asentí. Jaehyun suspiró —habrá más reglas, preciosa.

¿Cómo puedes seguir-?

En realidad no estás en condiciones de pedir nada, Leia. Te estoy dejando hablar para que tengamos una convivencia más tranquila, pero tu realidad es otra— era cierto. No podía pedir nada, pero al menos lo había intentado. —Me vas a responder con palabras cuando te pregunte algo o te hable, ¿bien? Me gusta escuchar tu voz, no quiero silencios ni gestos. Quiero respuestas de tu boca. —hizo una corta pausa. —Acepto que preguntes cosas sobre mí, tiene sentido. Ya que así te sentirás mejor, y sinceramente es bueno porque así tendremos más cercanía. Si haces cosas incorrectas, yo me puedo enojar bastante, ten cuidado. Y debes saber también que no te traje para que seas un mueble más que espera a empolvarse, tú eres mi nueva compañía, Leia.

¿Por cuánto tiempo?

Por todo el tiempo que llegues a durar.

Parpadeé repetidas veces, saliendo de mis pensamientos. Lo único que había conseguido es que él sea más amable conmigo, pero mi situación no había cambiado.

Miré el reloj a mi lado. Cuatro de la tarde.

Desde esa conversación habían pasado unos cuantos días. Habíamos vuelto a lo de antes pero al mismo tiempo no, me habían dado muchísima comida y agua para que me recupere, algunos menjunjes extraños y así,  me quedé en cama porque me mareaba debido a la falta de alimento por la que pasé y fue un proceso algo lento. Veía a Jaehyun muchísimo más tiempo, ahora que dormía en su habitación. Él nunca utilizaba la cama, y la mayoría de las noches ni estaba en la casa. Sí me acompañaba a comer, y me preguntaba cosas, yo estaba obligada a contestar siempre, aunque a veces no lo hacía y su descontento era notable.

Él seguía siendo atento conmigo, pero ya no se quedaba lejos como antes. En varias ocasiones se acercaba de más, nunca me tocó fuera de los límites, solo llegó a mi cintura y espalda baja, pero eso me ponía los pelos de punta, y no por buenas razones. Le seguía temiendo, probablemente lo haría toda mi vida.

—Aquí tiene su merienda, señorita Kang— vino Sara, y me dio una pequeña reverencia. No entendía por qué, antes solo me daban comida y pasaban de mí, pero ahora parecían tenerme más respeto.

FAVORITE | Jung Jaehyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora