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Las lágrimas bajaban por mis mejillas como cascadas, estaba respirando con fuerza y mis pulmones dolían, no podía ver atrás porque sabía que iba a perder, debía seguir corriendo para poder escapar

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Las lágrimas bajaban por mis mejillas como cascadas, estaba respirando con fuerza y mis pulmones dolían, no podía ver atrás porque sabía que iba a perder, debía seguir corriendo para poder escapar.

Los arboles a mi alrededor se veían más grandes de lo usual, y más tenebrosos, sentía que estiraban sus ramas a propósito para marcar mi piel.

Escuché su respiración cerca de mí y un grito de desesperación salió de mi garganta, forzando a mis piernas a correr más rápido.

Cerré mis ojos con fuerza por unos segundos para intentar cortar las lágrimas. Al abrirlos, la oscuridad seguía rodeando mi cuerpo, no parecía haber salida alguna de este bosque.

Mis pies se tropezaron con una raíz que salía de la tierra, y sentí el aire en mi cara dos segundos, hasta que caí de golpe a la tierra y sin poder detenerlo, empecé a rodar por el piso. Las piedras se clavaron en mi piel y raspó todo mi cuerpo. Mi espalda chocó contra un árbol, quitándome el aire de golpe, entreabrí mis labios dejando de respirar. Todo fue silencio por unos segundos, en los que yo intentaba no perder la conciencia, hasta que un fuerte dolor en la pierna me atacó.

—¡Leia!

Seguro se preguntan cómo llegamos a esto, si las cosas en la casa parecían haberse apaciguado un poco. Y sí fue de esa manera, Jaehyun y yo habíamos logrado convivir en una especie de relación extraña, pero funcionaba hasta el momento.

Puse de mi parte para mantener las cosas en paz, y sé que Jaehyun también.

Pero hay ocasiones en las que, es el destino el que no lo quiere así.

 
•••
 

Tres meses.

Habían pasado tres meses más, y yo no entendía cómo, pero seguía viva.

Hubo algunas amenazas a Yoon que logré calmar, así que ella igual estaba a salvo.

Nos había podido proteger.

De alguna manera, me había acostumbrado a la presencia de Jaehyun, tenerlo siempre a mi lado, y si no estaba él, su aroma estaba impregnado en mí.

Mi anhelo por poder recuperar mi vida seguía ahí, pero estaba más calmada, a lo mejor, después de todo, era mentira lo que decían de que la Esperanza es lo último que se pierde.

—No creo que sea buena idea— le dije a Jaehyun, quién me miró fijamente.

—¿Por qué?

—¿A quién piensas mostrarle los adornos? Nadie más que los que viven aquí pueden verlo.

Halloween. Una fecha olvidada entre mis memorias, se acercaba pronto, y Jaehyun quería adornar la casa por diversión.

—Pero yo lo veré— frunció su ceño levemente.

FAVORITE | Jung Jaehyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora