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Antes me preguntaba cómo las personas se enamoraban de sus agresores, o siquiera seguían junto a ellos

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Antes me preguntaba cómo las personas se enamoraban de sus agresores, o siquiera seguían junto a ellos. ¿No tenía amor propio? ¿No pensaban con coherencia? Me burlaba de las chicas que juraban que sus novios iban a cambiar, aun cuando aparecían con moretones nuevos cada día.

Las vueltas de la vida.

Miraba a Jaehyun a mi lado, acostado en la cama de lado, con su cara en mi dirección. Sus ojos estaban cerrados y respiraba con calma, lento y relajado. Toqué con la yema de mis dedos su mejilla, la luz del sol nos alumbraba, pero no era molesto, y gracias a eso, podía ver los pequeños vellos que abundaban en su rostro.

Entreabrió sus ojos y me miró con sus irises brillando, se veía somnoliento.

—Leia. —murmuró.

Quise sonreírle, estaba a punto de hacerlo, y al pestañear, vi su cara llena de sangre fresca.

Me sobresalté y alejé de él, dándome cuenta en el movimiento que no había nada.

Él frunció el ceño ante mi cambio, y levantó un poco su cabeza.

Tragué saliva, y volteé la vista. Pero las paredes se tornaron rojas de igual manera, la sangre goteaba lentamente, y habían huellas de manos de diferentes tamaños que se iban hasta el piso, como si fueran arrastradas. Solté un gritito levantándome de golpe, cuando mis pies tocaron el suelo, se mojaron del líquido viscoso y me caí de espaldas.

Intentaba no tocar, pero me ensuciaba cada vez más, todo mi cuerpo se manchaba.

No sabía de dónde provenía la sangre, todo el cuarto había cambiado de repente y parecía una carnicería. Y cuando miré mi piel, la sangre salía de cada uno de mis poros, no había ninguna herida, y aun así yo seguía goteando con rapidez. Y mientras más sangre salía, más se inundaba el piso.

Jaehyun apareció detrás de mí, sentado con las piernas a mis costados, y mi espalda en su pecho, ignoró mis gritos, y me pegó más a él.

En ese momento noté su piel contra la mía, ambos estábamos desnudos.

Toda la sangre provenía de nosotros, estábamos dañando todo.

Ambos habíamos manchado las paredes, los muebles, y el piso. Y su mano apareció en mi visión, con sus largos dedos, cubrió mi vista y todo fue negro.

—¡LEIA! — el grito de Jaehyun me sobresaltó y abrí los ojos de golpe, encontrándolo a mi lado con una expresión preocupada.

Miré a todos lados, estábamos en el dormitorio, con las cortinas cerradas impidiendo que entre la luz, él estaba con su pijama, que consistía en una polera grande y un buzo de tela suave, mientras yo tenía un hoodie igual de gran tamaño y shorts.

—¿Dónde… dónde…? — no podía formular más de una palabra, y mi respiración recién se estaba controlando.

—Estás conmigo— entendió lo que quería decir —Fue una pesadilla, muñeca.

FAVORITE | Jung Jaehyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora