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Entendí lo mal que estaban las cosas al ver el rostro del vampiro

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Entendí lo mal que estaban las cosas al ver el rostro del vampiro. Porque ni siquiera la muerte de mi amiga, el fuerte olor a sangre o los cadáveres regados alrededor del bosque me hicieron caer en cuenta del daño que causamos.

Fue la reacción de él.

Cuando Jaehyun me encontró, sus ojos se abrieron más y vi lo más parecido a susto en su cara desde que lo conocí.

Yo lloraba totalmente aterrada, tratando de hacerme bolita en mi lugar. No quería que me toque, pero tampoco me podía mover, otra vez estaba atrapada.

Pensé que no podía moverme por el golpe que me di contra el árbol y necesitaba unos segundos, pero cuando levanté un poco la cabeza, vi mi pierna en una posición que no debería estar.

La navaja se había salido en algún punto de las tantas vueltas que di en el suelo, y de mi brazo salía la sangre sin control.

Jaehyun se arrodilló en frente mío, sus manos temblaban ligeramente y no parecía saber qué hacer.

¿Te sientes culpable, Jaehyun?

Intentó agarrarme de la cintura, pero yo lo detuve con un gemido de dolor.

—Lo siento— murmuró, y por un corto momento, pensé que se disculpaba por toda la situación, no solo por agarrarme —Tengo que levantarte, Leia— avisó adoptando una postura más firme, levantándome rápidamente.

Un grito ahogado salió de mi boca y cerré los ojos con fuerza.

Cuando empezó a caminar, el dolor en mi pierna rota se hizo más prominente.

—¡Para! ¡Para! — grité golpeando su pecho, él se sobresaltó —¡Me duele, para!

Hizo caso omiso y siguió caminando, aunque un poco más lento. Pensé que utilizaría su rapidez para llegar a la casa, pero su paso fue normal, tal vez para no lastimarme más por el movimiento.

Solo pude esconder mi cara en su pecho mientras lloraba, y nos tardamos más de lo que pensé en llegar, no lo supe hasta que abrió la puerta y un alboroto llegó a mis oídos.

—¡Amo, la encontró! —la voz de Sara me sorprendió, sonaba angustiada, quizá.

—Dios mío, qué sucedió— un susurro entre todos los murmullos llamó mi atención.

—Llamen al doctor Park, de inmediato.

—Sí, amo— y más pasos de aquí para allá.

Él siguió caminando, hasta llegar a una habitación más callada, y me dejó en la cama. Se sentó al borde y nos miramos.

Los primeros segundos fue en silencio, él me miraba sin ninguna expresión, su barbilla y mejillas tenía sangre seca, que bajaba por cuello, y manchaba su ropa.

—¿Estás feliz? — susurré.

—¿Yo?

—Estoy al borde de la muerte, ¿te sientes contento?

FAVORITE | Jung Jaehyun Donde viven las historias. Descúbrelo ahora