Adele
Todos los días al despertar, en medio de la penumbra y el silencio me tomo unos minutos acostada en mi cama para hablar conmigo, preguntarme cómo estoy y si estaré en las condiciones adecuadas de afrontar el día, nunca sé qué pasará en las próximas horas, todo es incierto, incluso lo que pasará después de que salga de la habitación, pero me gusta estar segura de mi y de que estaré al cien por ciento para afrontar el día.
Hace mucho que no esfuerzo mi cuerpo y mi mente a trabajar si no están en las condiciones adecuadas, no me sobrecargo de trabajo, doy lo que puedo y si no hay más entonces no se hace. Me costó estar bien, tuve que tener mucha paciencia, permitirme estar triste, dejar ir todo lo que tenía que irse para poder estar ahí.Hoy me siento bien, mi sonrisa espontánea me lo dice, mi cuerpo que vibra y tiene ganas de salir a la calle también son una respuesta, además hay tanto por hacer y comenzar con mi rutina de ejercicios es un buen comienzo.
Con los audífonos puestos salí a la calle trotando por el vecindario, a través de la música pensaba en tantas cosas sobre mi y en como muchas cosas cambiaron en más de un año, siendo estos cambios más positivos que negativos.
Todo lo positivo viene partiendo de mi cuando entendí que si yo estoy bien todo lo demás lo estará, o en su mayoría será así.Las consecuencias de lo que fui todavía se ven y contra eso debo luchar, soportar, digerir y dejar pasar. Todas las mañanas al regresar a casa recuerdo ese día y mi corazón se aflige pero debo dejar que las cosas sigan su curso sin prisa.
***
Recuerdo
Había pasado todo el día ansiosa esperando las tres de la tarde en casa, me percaté minutos antes de que todo estuviera en perfectas condiciones, la merienda lista y yo en buenas condiciones para recibirlos, no quería que nada arruinara este momento.
El corazón se me subió a la boca y volvió a bajar al ver la puerta de la casa abrirse y luego ver a mis hijos con Simon. Habían pasado nueve meses desde que vivían con ellos y hoy volvían a mi.Lyanna corrió a mis brazos sin dudarlo, tuve que aferrarme a la baranda de las escaleras para no caer y con el otro brazos sostenerla. La ví más alta, mucho más grande desde la última vez, cosa que me llenó los ojos de lágrimas.
—¡Mami que bonita estás! ¡Te extrañé mucho!
—¡Y yo a ti mi cielo! —emocionada la besé por todos lados. —Te amo mi amor, volví para estar con ustedes y no irme nunca más.
Levanté la mirada, Angelo y Simon seguían en la puerta, Angelo sujetaba la mano de Simon moviendo su pierna hacia delante y hacia atrás, me miró por un momento para después mirar atrás, busqué la mirada de Simon quien avanzó hacia nosotras sonando su garganta.
—Nos hace muy feliz que estés de vuelta Adele. —me saludó con un beso en la mejilla. Detrás de él visualice una sola maleta la que pertenecía a Lyanna. —Y... bueno tenemos que informarte sobre una decisión que ha tomado Angelo. —mi corazón se detuvo.
—Tranquilo papá, yo puedo hacerlo. —me sorprendió la forma en que habló, muy serio y seguro. —Hola mamá estoy feliz de verte de nuevo. ¿Estás bien?
—Mi Angelo. —expresé con la voz quebrada poniéndome a su altura, tomé sus manos entre las mías besando sus nudillos, estaba muy serio, inexpresivo. —¿Estás bien?
—Si, he estado muy bien estos meses y mucho más ahora que te veo. —sin esperarlo me abrazó rápidamente. —Te ves mejor que antes, ya no hay ojeras en tu rostro, ni lágrimas.
—No... —sus manos suaves tocaron mi mejilla. —... Te extrañé mucho.
—Mami. —miró a Simon quien no hizo ningún gesto, luego me miró a mi y habló acomodando el cuello de su camisa. —Quería expresarte mi sentimiento y deseo de... vivir un tiempo con mi papá. —bajé la mirada de inmediato temiendo que esto pasara, quise correr y no escucharlo pero debía quedarme para saber el porqué. —Me siento más seguro y siento más confianza con él, eso no quiere decir que no te ame... —lo noté nervioso, me miró expectante a qué dijera algo, yo inmóvil me tragaba el llanto. —¿Me lo permites?
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River Lea
FanfictionPara el que acepta, resiste, espera, vive y lo vuelve a intentar.