Capitulo 9

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Adele

Miraba el celular, la llamada desapareció de la pantalla, mis manos temblaban. No entendía mis nervios ante su pregunta, pude haberle dicho con quién hablaba, sin ningún tipo de problemas pero elegí mentirle quién sabe por qué demonios. Jamás le había mentido, pero una mentira dicha no tenía reversa ni acomodo.

—Hablaba con Jonathan. —fue lo que salió de mi. —Me asusté porque no te sentí llegar y se... que dijimos que el trabajo lo dejaríamos para después pero es que esto era importante.

—Eres la persona más despreocupada con el trabajo. —lo miré de mala manera. —Lo evitas y más si se trata de estos momentos. ¿Por qué le contestarias a Jonathan?

—Era importante, pero ya lo resolví. Una sesión de todos y entrevista.

—Espero no pongas más tu atención en ello, ese era el trato.

—Lo prometo. —alcé mi mano en señal de promesa.

La mortificación vino a mi con el pensar de que le mentí. A lo largo de este año he tratado de ser la persona más transparente para él, sabe cómo soy y como pienso. Mis palabras van sin filtro, así como mi alma, aprendí a abrirme de esa forma con él porque parte de mi cambio es ser transparente sin ocultar absolutamente nada. Hoy rompí con eso, decidí mentirle en algo tan estúpido y sin importancia, pude decirle lo que pasaba, pero todo radicó en mi reacción. ¿Por qué sentí miedo de llamarla y ser descubierta?
¿Por qué?
Pude llamarla y seguir hablando con ella en presencia de Ricardo.
¿Que fue eso que me llenó de miedo? ¿Mi reacción al escucharla o lo que pudiera yo decir?
Tenía la cabeza vuelta un lío. Esto no eran buenos indicios.

Espere en una esquina de la sala en el yate que terminarán de colocar la mesa, a todo lo que el cocinero y sus ayudantes me preguntaron les dije que si, todavía pensando en lo que acababa de pasar. Ricardo se quedó en el lugar donde hablamos, en la baranda viendo el cielo, quise acercarme pero ni eso pude hacer, podía hablar demás y arruinarlo.

—¿Pero de qué demonios estás hablando, Adele? —me reprendi en voz alta enojada, el cocinero delante de mi con dos botellas de vino me miró inexpresivo. —Esta y para las chicas, jugo de mora.

—Si, mi señora.

Espanté mi mal humor, sonreí viendo a los chicos llegar a la sala, cambiados, perfumados y con el mismo buen humor. Detrás de ellos Alison apareció con Haylin y Titano a quien le pusimos un puesto en la mesa. Ricardo entró ayudándome a terminar de poner la mesa. Pensé que podía estar de mal humor o raro conmigo pero siguió como si nada y eso me alivió. A veces me mortificaba por la más minima cosa llenandome de culpa literalmente por nada, está no pudo ser la excepción y ya empezaba a ahogarme en un vaso de agua por nada. Después de todo fue solo una llamada cordial que no trascendió. Decidí olvidar lo sucedió, desecharlo, poniendo mi atención en esta noche junto a las personas que quería y compartían esta cena conmigo, en este mágico lugar, bajo el cielo más bonito que alguna vez ví. Era aquí a dónde mi corazón debía pertenecer.

Después de la cena decidimos pasar al bar, Jedidiah no tardó en colocar música de su celular la cual tenía un poco de cada una de nosotras. No quería pasarme de tragos ni perder la razón, mis hijos podían necesitarme si despertaban, pero Ricardo decidió quedarse sobrio esta vez y cuidar de mi.

—No te excedas. —me advirtió, lo besé con mis labios mojados de vino. —Olvidalo. —puso sus ojos en blanco siguiendo mis besos.

Con Nicole y April nos subimos sobre el sofá leyendo las letras de las canciones, para mí fue inútil hacerlo, todo comenzaba a ser borroso, así que le di la espalda siguiendo el ritmo de la música. Copa tras copa fue pasando por mi boca y los efectos comenzaron a llegar, decidí detenerme, después de otras copas más.

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