Capitulo 30

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Lyanna apareció en casa al mediodía faltando a sus clases de ballet para hacerle compañía a Alison por su falta a clases, evitó asistir y sentirse sola el resto de las chicas eran mayores y no compaginaba con ellas. Pasó al comedor donde fue servida su comida por el personal que Adele contrató para la atención de los chicos en lo que quisieran, ese día tendrían un evento de deportes y la mayor posibilidad era de que no pasaran la noche en casa.

—Hola amor. ¿Almorzando?

—Abue. —Lyanna saludó a Penny con un abrazo cuando se acercó a su silla. —Si, eso intento.

—Los vigilare hoy.

—¿Ah?

—Adele los dejó a mi cargo.

—Ah ¿No vendrá hoy? —Lyanna le agradeció al cheff que se llevó su plato vacío.

—Es lo más probable, estará con Ricardo en algo de trabajo. —Penny se acomodó a su lado viendo su celular. —¿Videos divertidos? Yo quiero.

—Si, mira.

Pasaron más de media hora en el celular, de un vídeo pasaban a otro en medio de las risas, cada vídeo era «este último y ya» y así se les pasó el tiempo. Lyanna le descargó la aplicación en su celular dándole un poco de entretenimiento, Penny elogió la tecnología dándole uso por primera vez a su celular desde que lo compraron para ella.

En la habitación de Alison, Lyanna se acostó en su cama junto a ella para acompañarla en la siesta. Durmieron un par de horas hasta que un peso sobre sus cuerpos de forma abrupta las hizo levantar de golpe a gritos, Angelo cayó al suelo de una patada que le dió Alison por impulso asustada.

—¡Mi pulmón!

—Por lo menos fue un pulmón y no la cara Angelo estás loco.

—Voy a vomitar.

Alison salto al baño devolviendo lo que desayunó y almorzó, se apoyó en el retrete impulsandose con la cara por completo metida en el. La respiración agitada aumentaba su mareo, buscó estabilizarse poniéndose de pie siendo ayudada por Angelo que poco a poco la ayudó en su regreso a la cama.

—Ya se me va a pasar.

—La abuela seguro conoce un remedio. —sugirió Lyanna.

—No la preocupen, estaré bien.

—No me tardo, voy a cambiarme.

Angelo salió de la habitación con su morral para darse un baño relajarse y comenzar sus actividades. Alison con la Miranda le señaló su celular a Lyanna ubicandolo sobre la peinadora. La mano de Lyanna reposaba sobre el vientre de Alison atenta por una nueva reacción, descansaba su cabeza en el hombro con la vista fija en el celular, comentaban sobre fotografías antiguas de museos y galerías abandonadas que almacenaban en sus celulares.

—Esa fue en Lon...

—¡¿Qué?!

Lyanna le arrebató el celular de las manos a Alison que quedó estática procesando la reacción de su hermana.

—¿De dónde la conoces?

La foto se trataba de Alison y Miranda en un museo de estatuas de mármol. El rostro de las dos se podía definir por completo sin confusiones de ningún tipo.

—Es Miranda, mi mamá.

—Es el hada. —Alison frunció su rostro retrayendose en su almohada, Lyanna miraba la foto aumentando el zoom sin duda de lo que decía.

—¿Cual hada?

—Pequeña estuve obsesionada con Tinkerbell y sus amigas, amaba ese mundo, soñaba con ser una hada. Esta chica. —Lyanna tocó la pantalla del celular. —Es amiga de mi mamá. Una vez entró a la casa por las ventanas sacando a mamá de la habitación escuchamos gritos, discutían. Recuerdo eso por el miedo que sentí fue una situación extraña, mamá pasaba por un momentos difíciles y la recuerdo porque me pareció a Silvermist de Tinkerbell por su cabello negro y el color de sus ojos.

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