River Lea

Capitulo 25

Un presente "estable" o "bueno" en su mayoría, parte de un pasado turbulento, poco deseable, doloroso, nada que se pueda extrañar. Quien se mira en el espejo para ver más allá de su físico, sabe que no fue el mismo del día de ayer, el mismo de hace una semana o el mismo de hace un año. A unos les llena de orgullo no saberse igual que antes, otros extrañan ser quienes fueron antes de que la vida les cambiara un poco de color. Cada persona que respira lleva cicatrices, nadie está a salvo de ello, nadie tiene una vida normal, no marcada por un hecho desafortunado, de poca o gran magnitud.
¿El evento desafortunado más famoso en el mundo? El de un mal amor.

Vivir un presente en una atmósfera de paz, te hace sentir de cierta manera libre y feliz, porque lo que antes te ataba a la tristeza, el dolor, o a todos esos sentimientos contrarios al amor y la alegría ya no existen, se han ido, o lo has dejado ir después de un largo proceso. Pero el presente siempre irá atado del pasado, porque todas las cosas que te prohibes hacer en el presente, para cuidarte o para mantenerte a salvo, vienen de hechos ocurridos en el pasado, hechos desafortunados, lamentables, tristes o como quieras nombrar a eso que te apagó, te derrumbó y te mantuvo pisoteado en el suelo. Unos te observan y pueden opinar de que "no has podido superar" y por eso no vuelves, o no repites, pero lo que en realidad pasa, es que ya no perteneces ahí, a esa persona que querías o te quería, a esa adicción que no dejabas, o a ese lugar que no te hacía feliz. Entonces. ¿Para que volver a un lugar donde no eres feliz o volver a esa adicción que ahora consciente, sabes que te aniquilaba? ¿Para que volver a esa persona donde sentiste que no pertenecías?

¿Para que volver?

Es una pregunta que ronda en la cabeza de quienes todavía siguen en el pasado, viviendo un presente distinto. Una pregunta global. Cada historia contada por personas distintas tiene similitud, que pueda coincidir con tu historia, o con la de alguien que conoces. Son hilos, que no se rompen, que hoy en la actualidad siguen vigentes, que perduran, como no perdura el amor sano en estos tiempos, que se va de tu vida, como se va el agua entre tus dedos. Y en ese caso, cuando el amor se va, pueden existir dos tipo de personas; Las que luchan contra si, para dejarlos ir y las que luchan contra el otro para retenerlo.

Sobre hechos desafortunados del amor tenemos muchos para hablar. De ti, de mi, de los que conocemos.
Pero en esta historia, te contaré una segunda.

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Tres años después

Otro año en la misma escuela para Angelo y para Lyanna, el último de Alison como estudiante. El tercer año de matrimonio de Adele y Ricardo. Era el presente para ellos viviendo el ahí, el ahora, sin pensar más allá, pensando que no existía nada más de lo que tenían, olvidando que la vida es el concepto más largo que existe en el mundo y que no tiene una definición.
No es algo construido, es algo que construyes y que hasta el final de tus días pones un ladrillo adicional.

Vivir en forma lineal, sin curvas, sin quebradas u onduladas, de forma visible es una vida monótona, en la que sabes lo que pasará hoy, lo que pasará mañana o en una semana. No hay sorpresas, ni problemas, ni preocupaciones por las cuales perder la cabeza, o aventuras nuevas de las cuales reír. Todo es tal cual lo que fue el día anterior y a pesar de ser una vida en línea recta, esa línea sin desbordes llega a ser mortal.

El timbre de la escuela soltó su sonido, que no era encantador, era estruendoso e irritante al oído, nadie se acostumbraría a un sonido así de por vida, por eso solo se escuchaba en las alarmas de los celulares y en las escuelas dos o tres veces en el día. Los estudiantes suspiraron entre cansados, felices y otros apaticos.
Lyanna y Angelo salieron de su aula, con miras a la salida donde los esperaba en el estacionamiento principal de la escuela, el auto que los trasladaria a sus entrenamientos cotidianos.