Capitulo 14

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Adele

Estuve detenida junto al mueble por varios segundos, únicamente respirando, pausadamente, haciendo todo el esfuerzo por no llorar y correr a ella para que su abrazo me aliviara un poco la tristeza que llevaba en el alma, esos sentimientos y esa necesidad me hacían sentir errada, lo que pasaba de ser lindo a ser frustrante y me hacía sentir culpable. Esbocé una sonrisa espontánea que me respondió a los segundos, eso fue todo lo que salió de mi, mientras la tristeza se aplacaba dentro de mí con su presencia, fue sentirme mejor con verla.

—Perdon por venir sin avisar. Vine a ver cómo estaba Alison, esta mañana recibió una llamada de Amy que la dejó preocupada.

—¿Que dijo? ¿Está todo bien?

—No lo sabemos con exactitud pero Alison y yo tomaremos cartas en el asunto en los próximos días.

—¿Que harán? —pregunté preocupada. —No hagan nada que las pueda meter en problemas.

—Hablaremos con la policía, es todo. —agregó Alison

—Creo que es lo que se debió hacer desde el principio. Pero las apoyo, díganme cuando lo harán y yo estaré allí.

—Tranquila, te avisaremos. —Miranda se puso de pie con miras a la puerta. —Debo irme ya. Que tengan buenas noches y perdón nuevamente por haber llegado sin avisar.

—No, no te disculpes puedes venir cuando quieras. —sin decir más salió de la sala junto a Alison quien la acompañó a la puerta.

Parecía que estuviera clavada al piso, sentí que me quedé congelada, pensando en las palabras correctas para decir o actuar. Después al ver que se iba sentí la frustración a flor de piel por no poder abrazarla, y ni siquiera alguien me lo estaba impidiendo, era mi miedo y la inseguridad que me gobernaban.
Avancé dos pasos lejos de Ricardo soltando la respiración, con el pensamiento de ir tras ella y conversar un poco más. Luego negué pensando en que todo lo que sentía era incorrecto.

—¿Estás bien? —preguntó Ricardo a mis espaldas.

—¿Eh? —lo volteé a ver, me miraba con duda y preocupación. —Un poco revuelta todavía.

—Vamos a cenar y luego descansas.

—Ni siquiera tengo apetito. Perdón, cenen ustedes, me voy directo a la cama.

—Adele pero no puedes dormir sin...

—Tranquilo. —el abrazo que necesité lo busqué en él. —Estaré bien, solo necesito dormir. —me separé de él dejándole un beso corto en sus labios. —Gracias por todo lo que me das.

—Te amo. —me dió un beso en la frente para luego dejarme ir.

Llegué a las habitaciones pasando nuevamente por la de Angelo, iba con la intención de hablarle para que cenara pero ya se había dormido, abrazado a su cobija. Pasé con cuidado tomando la tablet para apagarla, dejándola en su mesita de noche, recogí su uniforme en el suelo, ordenandolo en la cesta de la ropa sucia y saqué uno nuevo dejandolo a su vista en la puerta del closet para mañana. Cerré las cortinas y apagué la luz.

Temblando me incliné junto a su cama, viendo su rostro más de cerca con el corazón desecho. Puse su mano pequeña sobre la mía y la abracé dejando un pequeño beso.

—Se hará lo se deba hacer para que seas feliz, peanut. —reprimí un sollozo quedandome inmóvil. —Te amo.

Me levanté y salí de la habitación con las lágrimas cayendo de mi. Había olvidado el gran peso que generaba la tristeza, que hasta respirar me costaba. Entré a la habitación respirando profundo tras la puerta cerrada, seguí adelante sacando el paño de mi cajón para bañarme. En eso caminé hacia el baño pasando por la peinadora dónde mi celular se encontraba, lo ví encendido viendo la notificación de un mensaje y el corazón se me paralizó cuando ví que era de Miranda.
No dudé un segundo en abrirlo.

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