Capitulo 32

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A Ricardo en horas del mediodía se le realizó una nueva tomografía dónde se evaluó la inflamación de su cerebro notando una disminución respecto a la primera tomografía hecha. Los exámenes de rutina arrojaron también buenos resultados sus valores se mantenían y la respiración asistida se le fue retirada de regreso a la habitación. El pronóstico sería que despertara en las próximas horas manteniendo prevenidos a los medicos para tratar las secuelas que podían dirigirse a su movilidad. Las vendas de su brazo fueron cambiadas cuidando de no reventar la ampolla que se le creó desde la muñeca hasta finalizar el codo causada por la explosión del auto en el momento que era sacado por uno de sus guardias corriendo con suerte de quedar con vida, no siendo así para su jugador y representado, McGregor.

El sepelio del jugador se realizó esa tarde ante la vista de la prensa que utilizó drones para capturar el último adiós al jugador McGregor. La causa de la muerte fue las quemaduras de tercer grado que recibió en el momento de la explosión que dañaron su sistema digestivo afectando sus pulmones y destrozando partes de sus piernas. El equipo y jugadores que irían a la final acompañaron a sus familiares en el dolor y la tristeza manifestándose en el campo donde su cuerpo descansaría. Así pidieron también aplazar el final de la temporada que se llevaría acabo en unos días, pensando también en el estado de salud de Ricardo.

Adele terminó por ir a casa antes de la noche para cambiarse de ropa y alimentarse, esto por idea de Jedidiah que no dejó de insistirle hasta el punto de aturdirla. Terminó accediendo siendo llevada por Liam a quien le pidió velocidad en la vía. Su estadía en casa duró menos de media hora: Se dió una ducha, vistió de negro usando un conjunto deportivo, sacó de la nevera una bandeja de frutas picadas y volvió a salir sin dar más explicaciones. A Penny solo se dirigió para pedirle el máximo cuidado a los niños reservandose las explicaciones sobre Ricardo.
A las ocho se encontraba de vuelta, en la misma sala de espera con Jedidiah. Antes de volver a su silla saludó con un apretón de mano a jugadores que llegaron esa noche para saber de primera mano sobre su estado, Adele les explicó un poco su estado de salud de manera puntual con un peso en el pecho que poco le dejaba hablar o expresarse.

—Las visitas estarán aptas mañana. —respondió ante las preguntas sobre las visitas.

—Adele no dudes en hablarnos si necesitas ayuda o si pasa algo mas.

Adele no reconoció al chico que le hablaba, supuso era un jugador más o personal de la empresa de Ricardo, al igual que los demás. Tampoco se desgastó en averiguar quiénes eran, su interés no estaba puesto en ello.
Se dirigió a la recepción para pedir información nueva de forma paciente aunque era lo que menos tenía. Esperó por la enfermera que desapareció por las puertas de la sala de cirugía para pedir la información requerida por Adele que de manera amable aceptó.

—Querubín.

Jedidiah venía del cafetín con un café helado y panes rociados con azúcar una sonrisa para Adele que se desapareció en el camino sin obtener su atención. Adele escuchó su voz sin mirarlo, suspiró con la atención fija en la puerta esperando por la enfermera.

—Tu cena.

—Eso no es cena y no tengo apetito.

—Adkins. —Adele lo miró con el rabillo del ojo luego lo vio a los ojos sería, fastidiada. —Está a salvo, despertará pronto. Es un hombre saluda y fuerte.

—Lo tengo claro.

—Cambia ese ánimo. ¿Si?

—Es el único que tengo, Jedidiah.

El se armó de paciencia quedandose a su lado comprendiendo su mal humor y preocupación que no era para menos si se trata de la persona que amas está en una cama de hospital por un accidente automovilístico y su vida corrió riesgo. Se quedó en silencio sin decir nada más, guardó su café helado y la mitad de los panes en su bolso.

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