Capitulo 4

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Adele

Miraba desde el marco de la cocina aa Ricardo conversando en la mesa del comedor con Alison y Lyanna. Esto parecía tan irreal. Hace un año atrás esto estaba desechado de mis pensamientos. Todo lo que imaginaba era mi vida completa trabajando en una tienda de telas sin ser feliz, sin prosperar a nada más. Ahora miraba la realidad, y todo me parecía tan bonito que a la vez me asustaba que no fuera real o terminara.

Volví la mirada atrás viendo el horno dónde dejé el pollo. Lo saqué para servir en los platos, junto con el puré de papas y la ensalada de zanahoria que preparé, la niñera de Lyanna me ayudó a poner la mesa y mi cocinera, mano derecha en la casa preparó el jugo llevándolo a la mesa.

—Ya está lista la cena mis amores. —dije apareciendo con la ensalada y el puré.

—¡Que rico! —expresó Lyanna lamiendose los labios al ver el puré. —¿Puedo probar antes de que sirvas?

—No comas ansias hija, ya te sirvo. —dije poniendo el puré en su plato, un poco de ensalada y su ración de pollo.

—¡Gracias mami!

—Hablaba con Alison, es una excelente deportista. —miré a Ricardo y sonreí escuchando su relato. —Me mostró videos, es muy buena en gimnasia.

—¿Ah sí? Yo quiero ver esos vídeos. —dije sentandome en mi puesto, Ricardo tomó mi mano dejando un pequeño beso.

—Si, en cuanto pueda te los mostraré.

—Tengo una academia deportiva, si quieres mejorar en eso o dedicarte profesionalmente puedes contar con mi academia.

—He leído sobre ti. —la miré mientras masticaba el primer bocado de comida. —Eres uno de los mejores agentes deportivos del país, tienes buenas referencias.

Sentí un poco de tensión por su opinión, pensé que había investigado sobre el antes de venir aquí, pero de Ricardo se hablaba mucho en el ámbito del deporte. Su forma de dirigirse a él siempre fue la más amable, como suele ser desde que la conozco, muy receptiva y fluir en cada escenario sin dificultad.

—¿Vas a quedarte esta noche? —le pregunté a Alison viendo su plato a la mitad, comía con mucha pausa y tranquilidad.

—No lo sé. —limpió los bordes de su boca para continuar con su respuesta esperando aceptara. —Dentro de dos horas tengo que estar en casa, debo prepararme para mañana.

—Si te quedas, prometo llevarte a casa temprano. ¿Si? Quiero tener un poco más de tiempo contigo. —dudosa me miró.

—Tendría que hablar con mamá y ver qué me dice.

—Pero estás conmi... —Ricardo apretó mi mano y lo ví, reprimi lo que estaba a punto de decir y la miré. —... Está bien, habla con ella y me dices. Si es necesario yo lo hago.

—Vale.

Entendí que debía callar y no exigir nada después de todo lo que ha pasado, me relajé en el asiento bebiendome mi copa de agua cambiando de tema, nos quedamos en la mesa hasta que Alison terminó de cenar, Ricardo me ayudó a recoger la mesa y lavar los platos, Lyanna pidió un poco más de puré acompañándolo con unos trozos de pan que le piqué en rodajas. Volví al comedor buscando el restante de la comida sin ver a Alison, miré fuera del comedor viéndola con el celular al oído. Me detuve esperando que volviera para tener su respuesta, afortunadamente Amy no tuvo inconveniente en quedarse pero Alison no parecía muy comoda.

—¿Estás segura de que quieres quedarte? Yo te lo propuse porque me encantaría pero si tú no quieres está bien.

—No es mi casa. —dijo muy directa. —No siento este mi hogar y me cuesta adaptarme a lugares ajenos a mi casa. —se sentó de nuevo en la mesa sin verme. —Me cuesta adaptarme a la casa de papá, o a la casa del biológico. Nunca voy a casa de mis abuelos porque no me gusta, así que es eso.

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