Miranda
Coloqué las dos tazas juntas sirviendo un té de manzanilla. Deslicé su taza por el mármol de la mesa y regresé al lavamanos dejando la tetera en una bandeja con agua tibia para que enfriara. Ella miraba desde la cocina el mueble dónde Alison dormía profunda. Parecía estar intranquila, verla no le fue suficiente para calmarse, seguía temblando y llorando con menos intensidad pero lo seguía haciendo.
—¿No despertará?
—¿Para qué?
Pasé a la sala apagando la luz para su mejor descanso, recogí las cenizas del incienso y me acerqué al sofá viendo a Alison profunda, tanto así que roncaba. Titano descansaba sobre su espalda y me preguntaba cómo ella soportaba su peso.
Al regresar el corazón se me subió a la garganta cuando choqué con el cuerpo de Adele tras de mi.
—¿Por qué eres así?
Solté la escoba del susto tocandome el pecho.
—¿Sigue dormida? —ignoró mi pregunta, ansiosa miraba el sofá.
—Si y tú deberías regresar a casa. Ya sabes que está aquí y está bien. Es tarde Adele.
Pasé de ella con la escoba y pala a la cocina colgandolas en su lugar en el cuarto de servicios. Vacié el té en un envase de plástico para luego guardarlo en la nevera. Lavé la tetera y la guardé en los cajones cerca del horno. Verifique todo estuviera en orden y volví a la sala.
Adele se sentó en el sofá del frente con la cabeza entre sus piernas mirando al suelo. La espalda le subía y le bajaba con rapidez, lloraba de nuevo. En realidad nunca se detuvo.
—Dame la mano.
—¿Ah?
Busqué su mano y la puse de pie haciéndola caminar a la terraza detrás de la casa. Encendí las luces rojas para iluminar un poco la noche tan oscura y pesada. Se sentó en el mueble individual negro subiendo sus piernas abrazandose a ellas, así se sentía más cómoda a pesar de qué mis sentidos explotaron por dentro cuando subió sus pies al asiento. Sonreí con los labios ocultando mi enojo ante el mueble ya sucio que llevaba hoy dos días de lavado.
—¿Te ha golpeado la vida de nuevo? ¿Tiene solución?
—Yo no tengo solución. —habló con la voz quebrada. —Todo se resume a qué alguien suelta mi mano y yo caigo en un vacío sinfín. Estoy en caída libre hace tiempo, nada que toco el suelo.
—Para mi lo has tocado pero ni eso puedes ver. —me senté en la misma posición que ella para espantar el frío. —No se trata de que alguien haya soltado tu mano, se trata de que tú lo hiciste. En detalles no sé por qué ha ocurrido la ruptura entre tu y Ricardo. Por la razón que sea debes saber o entender que a lo largo de la vida muchas personas que amamos o que son importantes iran marcando su ausencia. Se iran por decisión propia o porque la vida así lo ha querido. Es una realidad de la que muchos escapan incluida tu. Saberlo o aceptarlo no va a impedir que duela, dolerá dependiendo del grado de importancia que tuvo esa persona en tu vida pero solo tú puedes manejar ese dolor.
—Perder no es que sea mi cosa favorita en el mundo. —replicó con una sonrisa de medio lado las lágrimas y los mocos le caían como gotas pesadas —He sido siempre la que se va, no la que dejan y eso debo confesar me ha dolido al igual que perderlo. Esta vez por decisión de la vida. Cuando mas sentía que lo amaba y él a mi, la vida hace esto.
—Creo entender por qué lo ha hecho. —recordé a mi abuela y poco a poco entendía sus acertijos. —También ha herido tu orgullo. —sonrió más amplio.
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River Lea
FanfictionPara el que acepta, resiste, espera, vive y lo vuelve a intentar.