Capitulo 21

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Adele

Tuve una larga conversación con Amy que terminó porque el tiempo se acabó. Pudimos entendernos de una manera educada, hablando desde la serenidad y la consciencia, que debíamos tener, sin importar lo que haya pasado. Teníamos un mismo objetivo y era el bienestar de Alison, de nuevo me tocaba debatir con una parte igual a mi sobre el estado de uno de mis hijos lo que era agobiante y pesado, sin ser egoísta deseaba una paz definitiva. Pensé que sería difícil llegar a un acuerdo con ella, lo que no fue así, ni siquiera llegamos a un acuerdo, si no a una decisión de su parte para que en lo que quedaba de la minoría de edad de Alison yo me hiciera cargo y tuviera la custodia absoluta. Se disculpó un millón de veces por la situación que nos hizo pasar, por llorar, por enrendarse hablando, por todo, estaba hecha un manojo de nervios, sus lágrimas salían una tras otra a lo que no pude ser indiferente. Haciendo a un lado lo que pasó, como persona y como madre le hice saber todo mi apoyo, esperando con mucha fé todo se solucionara aunque esperanzas no había de eso. Casi contrario sucedía con Darren, el que no articuló ni una sola palabra en todo lo que hablamos o discutimos, parecía ido, notablemente no estaba aquí, con nosotras y a todo lo que Amy dijo el asintió, sin decir más. Me despedí con un abrazo sincero, quedándome con su rostro decaído y triste en mi mente, pensando en lo que sería su vida en adelante detrás de las rejas.

Salí con un peso menos de esa visita, sabiendo que el proceso judicial por la custodia de Alison sería mas fácil con la ayuda de ellos. No puedo negar que la situación me genera una tristeza inmensa por Amy que sé, apartando sus errores es una buena mujer y nunca quiso hacerle daños a otros, menos a Alison, lo que no fue suficiente para ser una persona honesta y correcta dejándose llevar por los malos caminos que la traen hasta aquí. Y que solo un milagro puede cambiar su destino.
A mitad de camino me esperaba Ricardo, con cara de preocupación, fui por su abrazo que aligeró mi tensión ocasionada por esto.

—¿Que sucedió? —preguntó en un susurro tomando mis manos.

—Todavía lo pienso y me perturba un poco la manera en que Alison los trató, fue cruda, bastante ruda y fría, agresiva, estaba fuera de control. —las imágenes se repetían en mi cabeza como un gif.

—No es para menos, está llena de rabia y de decepción. Lo debió tomar bastante mal. —agregó en todo compresivo.

—Mucho, nunca me espere ese lado de ella. —comenté pensativa. —Lo bueno de todo esto es que Amy facilitará el proceso de la custodia de Alison para que esté conmigo, así que es una buena noticia entre tantas cosas negativas. —sonreí bastante contenta por ello, no podía negarlo.

—Gracias a Dios fueron conscientes y no sé opusieron a eso. ¿A quien más tiene Alison que no seas tú? ¿O Miranda? Que la cuidaba...

—Quizás familia lejana por parte de ellos, pero no creo que quieran mezclarse en la situación. —miré más allá buscando a Alison con la mirada. —¿Alison está aquí?

—Si, con Miranda y el papá de Miranda. —señaló hacia atrás.

Sentadas en el sofá de la sala Alison conversaba con Miranda en susurros. Pusieron sus ojos en nosotros por el peso de nuestras miradas. Dejaron de hablar cuando Miranda asintió después de que Alison ladeara su cabeza señalandonos a nosotros con una media sonrisa, se puso de pie caminando en nuestra dirección.

—No volveré a casa con ustedes ahora, me quedaré con mamá Miranda y ella me llevará a casa luego. —dijo con la voz ronca, alcé mis cejas sorprendida.

—¿No quieres ir a casa y descansar? —le pregunté quitando mechones de cabello de su cara.

—No quiero ir a casa y llorar. —respondió molesta, opté por no decir nada más. —Gracias por traerme y estar aquí, a los dos.

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