Capitulo 10

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Valery

¿Qué me pasa? Yo no soy así, aunque me siento tan alegre, tan llena de vida que quiero hacer de todo ahora que no tengo nada que perder, igual ya lo perdí todo.

—vamos por nuestro futuro hijo— dijo Marcos cuando se acercó a mí y yo reí un poco.

—Mi mamá me va a matar— dije caminando a su lado.

—Mi mamá va salir por esa puerta en cualquier momento así que vamos rápido— dijo haciéndome reír un poco y como el predijo su mamá salió de la casa y empezó a decir cosas que no entendimos ya que estábamos bastante lejos.

— ¿Estás bien?— pregunto Marcos después de unos minutos y yo lo mire con una pequeña sonrisa, lo pensé durante unos segundos tratando de entender los sentimientos que tenía en este momento bajo la adrenalina de haber escapado de la señora Sophia.

—Estoy bien— dije sinceramente y él sonrió.

— ¿Valery?— pregunto una de las encargadas del zoológico y yo asentí con la cabeza— vienen a adoptar al nuevo pingüino

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— ¿Valery?— pregunto una de las encargadas del zoológico y yo asentí con la cabeza— vienen a adoptar al nuevo pingüino.

—Si— dije aunque ella no estuviera preguntando.

—está bien síganme— dijo para guiarnos a una oficina que no tenía ni idea que había en el zoológico, entramos a la oficina y luego de unas palabras de la encargada y de que nos explicara cómo funcionaba todo sobre la adopción Marcos y yo firmáramos unos papeles para que después nos dejara ir a el lugar de los pingüinos.

—Aquí esta— dijo señalando a uno de los pingüinos.

Dirigí mi mirada al pingüino notando que este tenía una de sus alas dañada y sonreí con ternura al verlo algo alejado de los demás pingüinos, es tímido.

— Los dejo con él un momento— dijo la encargada antes de irse, tenía que sacar copia de los papeles que acabamos de firmar.

—Eso fue fácil— dijo Marcos y yo lo mire.

—ya había hablado con ella por teléfono— dije y el asintió comprendido que no era tan fácil como había parecido.

— ¿Cómo vamos a llamar a nuestro primer hijo?— pregunto y yo reí sintiendo mariposas en el estómago.

—Es macho— dije y él se quedó pensando.

—Rayo— dijo y yo reí — no te rías es un nombre muy bueno, cuando se recupere y regrese a su hogar va ser envidiado.

—Rayo será— dije con diversión mirando al pequeño pingüino.

—Hola rayo— dije y el pingüino alzo su cabeza a nosotros, salte con emoción y Marcos sonrió— me reconoce como su madre— dije con alegría sin poder contenerme.

—hijo mío te voy a enseñar todo lo que se para sigas en el buen camino— dijo Marcos con cara seria y con voz grave, rayo movió su cabeza a un lado.

—creo que no cree que le puedas enseñar mucho— dije riendo y él sonrió.

—Rayo hijo mío cuando la encargada llegue iremos a ti— dijo de manera dramática haciéndome reír.

—lo estas asustando— dije viendo como Rayo lo mira.

—No es cierto, rayo si tienes miedo camina— dijo y Rayo se quedó quieto— vez te lo dije.

—Listo estos son sus copias— dijo la encargada llegando a nuestro lado pasándonos unos papeles a cada uno— ¿Cómo lo van a llamar?

—Rayo— dijimos Marcos y yo al mismo tiempo haciendo que la encargada sonría mientras anotaba en unos papeles.

—Rayo Wolf Brown— dijo haciendo que Marcos y yo sonriéramos.

—Me encanta como suena, Valery dime como se llama nuestro hijo— pidió con una sonrisa, yo mire sus profundos ojos negros y sonreí.

—Nuestro hijo se llama Rayo Wolf Brown— dije lentamente sintiendo mariposas en mi estómago.

—Suena perfecto— dijo Marcos con una sonrisa.

—bueno, vamos ver a su pingüino— dijo la encarga sacándonos de nuestras burbuja.

Seguimos a la encargada por unos pasillos hasta llegar a una puerta, desde la puerta logramos ver a Rayo a unos pasos de esta, la encargada saco un balde con pescados y se lo paso a Marcos quien lo tomo con cuidado, la encargada abrió la puerta y con emoción pase detrás de ella.

—Rayo— llame a nuestro pingüino y este me miro y se quedó quieto.

—toma un pescado— le dijo la encargada a Marcos, el hizo lo que ella le pidió y se lo extendió a Rayo quien se acercó torpemente gracias a su ala, cuando ya estaba cerca Rayo tomo el pescado y se lo comió.

— ¿Quieres?— pregunto Marcos extendiéndome el balde y yo tome uno de los pescados y se lo di a Rayo cuando el tomo y se lo comió mire a Marcos con emoción.

—Nuestro hijo es muy inteligente— dije como una niña pequeña y Marcos me sonrió.

—si se acercan con cuidado van a poder tocarlo— dijo la encarga acercándose a rayo y yo camine detrás de ella con cuidado— mira pon la mano aquí— dijo guiando mi mano hasta que rayo se acercó y se dejó tocar, lo acaricie con emoción hasta que este se acercó a Marcos y se puso al lado de su pierna.

—Te ama— dije con más entusiasmo haciendo reír a la encargada.

—Creo que es por el balde— dijo Marcos dándole otro pescado a rayo.

—Dame el balde— pido la encargada llevándose el balde para darle a los otros pingüinos.

—No se va— dije con emoción viendo a rayo aun al lado de Marcos.

—parece que si le agradamos— dijo Marcos con una sonrisa.

— ¿Ese no es el pingüino que casi mata a Lucia?— pregunte desviando la mirada viendo un pingüino con algo en su boca.

—Creo que sí, ¿qué es eso?— pregunto Marcos acercándose un poco siendo seguido por Rayo.

—creo que una parte de la camisa de Lucia— dije caminando detrás de Rayo quien estaba detrás de Marcos.

—Se la intentamos quitar— dijo la encargada cuando llego a nuestro lado al notar que mirábamos al pingüino— pero parece que no le gusta estar lejos de ese pedazo de tela.

— ¿Eso es malo?— pregunte preocupada y la encargada negó.

—no se lo va a comer así que no lo va a pasar nada.

—Rayo— llamo Marcos y Rayo alzo su cabeza.

—Sabe su nombre— dije con sorpresa tomando el brazo de Marcos para moverlo con emoción mientras el reía un poco.

—Hace una pareja muy linda— dijo la encargada haciendo que me sonrojara un poco.

—Aun no...— Empezó a decir Marcos haciendo un pequeño nudo en mi estómago que profesionalmente ignore.

—Gracias— le dije interrumpiendo a Marcos el cual me miro con sorpresa para luego sonreír.

Rompamos la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora