Epílogo

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Salí corriendo de mi casa, Alexander me estaba esperando hace medio hora y como hoy había dormido en la casa de Marcos me demore un poco más en organizarse y Alex me había especificado que Samuel quería verme por que me extra mucho y que sentía que lo había abandonado y realmente no quería que Samuel pensara eso pero es solo que como estaban pasando tantas cosas no pensé en ningún momento en ir a la casa de mi padre y como Karen me había dejado de molestar se me olvido pasar a visitarlos, ella era mi recordatorio constante.

—Lo siento mucho— dije llegando a la mesa donde estaban sentados los dos.

— 35 minutos tarde, tú pagas los helados— dijo Alex y yo asentí con la cabeza con una sonrisa, Samuel me miró durante unos segundos y yo le extendí mis brazos, él sonrió con dulzura y se lanzó hacia mí con alegría.

—Pensé que no ibas a venir por estar con la tonta de Amelia— dijo Samuel haciendo que lo alejara un poco de mi cuerpo para verlo a los ojos, me molesta que piense que tiene reemplazo solo porque haya alguien nuevo en mi vida.

—Tu eres irremplazable— le dije seriamente y él sonrió con lágrimas en los ojos para volver a abrazarme con fuerza, levante mi vista a Alex quien suspiro y sonrió de lado.

—Amelia había dicho que tu la prefieras a ella— dijo Alex sonriendo— y entonces Samuel se peleo con ella diciendo que tú y él eran familia y que tu lo elegirías encima de todo, pero luego Amelia dijo que tu eras su cuñada así que ahora son familia, y terminaron llorando los dos, James se tuvo que llevar a Amelia y yo a Samuel.

—Está yendo muy lejos esa enemistad que tienen entre los dos— dije acariciando la cabeza de Samuel quien se negaba a soltarme por lo que lo cargue y lo senté en mi regazo tratando de quitarle las lagrimas que tenia—Escúchame, no te tienes que pelear con nadie para confirmar que yo te quiero, así no vas a solucionar nada, si quieres saber si te quiero o no tienes que preguntarme a mí, yo soy la única que te puede decir si te quiero o no.

—¿Tú me quieres? — pregunto Samuel tratando de no llorar y se me partió el corazón en pedacitos

—Tu eres de las personas mas especiales que tengo en mi vida, claro que te quiero— dije y él sonrió volviendo a abrazarme.

—Eso te pasa por abandonarlo una semana— dijo Alex cruzándose de brazos, yo lo mire con el ceño fruncido y él me sonrió, ¿a quien me recuerda?.

—Para ti es fácil decirlo, tú no vives a media hora de Samuel— dije y Alex se encogió de hombros levantándose de su paciente para ir por los helados.

—Te quiero mucho— dijo Samuel en un susurro y ahora si que me preocupo, algo malo debió haber pasado.

—Corazón—lo llamé y él levantó la cabeza de mi pecho— ¿que paso?

—Mis abuelas le dijeron a papá que tu solo estabas cerca de nosotros porque querías el dinero que papá le da a tu mamá— mire a Alex quien había acabado de llegar y el me miro por que se que el escucho lo que dijo Samuel, yo ya estoy acostumbrada a que ellas hablen así de mi, pero no me parece justo que hagan dudar a Samuel de si realmente lo quiero o quiero el dinero de su papá.

—Tus abuelas son unas tontas—dijo Alex pasando el helado a Samuel quien lo recibió con gusto.

—Muy tontas— dije tomando mi propio helado. 

Después de salir de la heladería fui con Alex y Samuel insiste en ir con ellos a la casa de mi padre donde al entrar lo encontré acostado en el sillón con Karen al lado mientras veían la televisión, mi padre me vio durante unos segundos y antes de...

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Después de salir de la heladería fui con Alex y Samuel insiste en ir con ellos a la casa de mi padre donde al entrar lo encontré acostado en el sillón con Karen al lado mientras veían la televisión, mi padre me vio durante unos segundos y antes de que yo pudiera decir algo él me llevó a su oficina para hablar, seguro que ya sabe que es lo quiero decirle.

—Dile a tu madre que deje de hablar de mi cuando está Samuel cerca, él todavía está muy pequeño y le lastima ese tipo de cosas— dije cruzándome de brazos y mi padre me vio durante unos segundos antes de hablar.

—Se que tu hermano no entiende nada, pero no puedes hacer que ellas dejen de hablar así, son muy tercas cuando se trata de ti— Yo realmente no puede creer que él acaba de decirme eso, han pasado años, no importa que tan viejas sean esas señoras, actúan como niñas y no fueron a ellas a quien le fueron infiel, están resentidas por una pelea en donde ellas no estaban involucradas.

—no te estoy diciendo que dejen de hablar de mi, nunca me afecto eso— dije honestamente— si van hablar así solo aleja a Samuel del lugar y ya está, no es tan difícil.

—Voy a tratar de hacer eso— dijo suspirando llevándose una mano a la cabeza, asentía complacida pero antes de salir por la puerta lo mire de arriba a abajo y suspire.

—Si el problema es el dinero, deja de mandarnos y todo arreglado— dije saliendo por la puerta dejándolo solo en la oficina, me despedí de Alex, Samuel y Karen antes de salir de la casa.

Eso fue realmente agotador, creo que me quito toda la energía que tenía acumulada, camine en silencio por las calles tratando de no perderme, nunca he sido buena ubicándose y mi celular se descargó hace unos quince minutos.

—Antonia— escuche la voz de Mike llamándome y agradecí a los cielos por encontrarlo, me gire a verlo y estaba solo sentado en un banco.

—Roberto— dije acercándome a él y sentándome a su lado.

—¿Qué haces aquí? — preguntó con curiosidad.

—Mi padre vive por aquí, ¿qué haces tú aquí? — le pregunté y él sonrió mirando a la nada.

—Realmente no estoy haciendo nada, iba a ir a casa de Malik pero no está— dijo Mike con la mirada perdida.

—La casa de Malik parece más tu casa que tu propia casa— dije y el río un poco.

—Me acostumbre tanto a su presencia que ahora me hace falta— dijo Mike riendo.

—Eres como un perro cuando su amo lo deja en su casa para ir a trabajar.

—¿Fiel y firme para la llegada del amo? — pregunto ladeando la cabeza.

—Necesitado— dije riendo al ver que fruncía el año con falso enojo.

—¿Que vamos a hacer cuando se vayan? — preguntó Mike con un suspiro.

—¿Eso no lo debería preguntar yo?

—cierto, pregúntame— pidió Mike y yo reí.

— ¿Que vamos hacer cuando se vayan? — pregunté y él sonrió.

— Yo digo que unamos fuerzas y estemos juntos porque van a volver siendo el futuro del país, o bueno al menos Marcos— dijo Mike con ánimo renovado haciéndome reír, siempre me ha parecido gracioso como los mismo Wolf se renuevan el ánimo ellos solitos.

—Vamos que se está haciendo tarde y tenemos a unas cuantas personas esperando— dije viendo la hora en el celular de Mike.

Mike y yo nos levantamos de asiento y nos dirigimos a la casa de Kyle que es donde estaban todos reunidos y por alguna extraña razón estaban todos menos Mike y yo, normalmente somos los primeros en llegar a cualquier lado pero parece que hoy fue la excepción.

—Hola— saludamos Mike y yo al mismo tiempo.

Todos se quedaron callados para vernos y sonrieron para saludarnos también, realmente nunca pensé estar en un grupo de amigos tan grande y tan bonito, pero me alegra saber que el destino y el universo se unieron para todos nosotros acabáramos aquí en este apartamento sentados unos encima de otros arrinconados y hasta en el suelo hablando entre todos y riendo juntos, no puedo afirmar que para todos sea el mejor grupo de amigos pero para mi si lo son, es más, son más que eso son mi hogar.

—Valery— dijo Marcos llamándome para que me sentara en sus piernas, cosa que hice al instante.

El grupo que tengo de amigos es de las mejores cosas que pudo pasarme y de las que más necesitaba, pero tener a Marcos a mi lado es el complemento perfecto para todo lo que ha pasado desde que abrí la ventana para buscar mis guantes de boxeo.

Fin

Rompamos la ventanaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora