《𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝗰𝘂𝗮𝗿𝗲𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝗰𝘂𝗮𝘁𝗿𝗼》

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Kihyun y Hyunwoo caminaban descalzos con sus manos entrelazadas por la playa, dejando que sus pies sean humedecidos por las olas suaves del mar. El cielo pintado de tonos naranjas y amarillentos le daba un toque un tanto especial,tanto que por un momento el blanquecino decidió ponerse algo cariñoso.

El pelinegro al ver una rama sonrió y no dudó en caminar hacia ella para después inclinarse y formar un corazón sobre la arena húmeda agregó en este sus iniciales. Ambos se miraron una sonrisa y tomaron sus manos de vuelta para seguir caminando,dejando que las olas del mar borren el rastro de aquel lindo acto de un chico plenamente enamorado.

— Hyunwoo, ¿crees en Dios?

Pregunto una vez se sentaron en la arena mirando con atención el mar y bello cielo. Era tan pacificó,y el echo de que nadie mas que ellos estuvieran en la playa lo hacía aún mas. La pregunta fue un tanto repentina para el pelinegro,sin embargo era algo que podía contestar con naturalidad,pues sabía que Kihyun jamás juzgaría sus creencias.

— Si te soy sincero,no. O bueno,no como la iglesia lo pinta,creo yo. O sea supongo qué hay algo,más no lo sé. ¿Y tú?

— Mhm... Cuando alguien está triste,suele pedirle a Dios pues gente suele decirnos que él nos ayudará... Pero,es triste cuando le hablas a la nada esperando que algo más solucione tus problemas. — opinó. — y es peor cuando no vez ningún cambio a esos problemas. Así que no — lo miró con una media sonrisa — No creo en Dios.

— Entiendo. Kihyunie... ¿Alguna vez has pensado en dejarlo todo? Quiero decir... ¿Pasar por algo o que te hayas sentido tan mal al punto de explotar? — se animó a preguntar. El blanquecino solo soltó una leve risa ante aquella pregunta.

— Claro, ¿quien no? Todos nos sentimos mal en algún momento.

— Sabes que no me refiero a eso...

Murmuró mirando hacia la arena y comenzando a jugar con ella. Él quería saber sus problemas pues sabía que él morocho tenía muchos. Quería que tuviera la confianza de decirle lo que tanto le atormentaba así como él lo hizo con Kihyun aquel día en el que le hablo del abandono de su padre y lo horrible que fue con su madre. Quería ayudarlo así como Kihyun lo ayudo a él,pero no podía hacerlo si este evitaba la ayuda.

El blanquecino bajo su mirada al entender a lo que se refería. Desde que le hizo aquellas preguntas era consiente que quería escuchar su historia. Suponía que ya era momento de hacerlo,pues al parecer comenzaba a sanar aquellas dolorosas heridas.

— 22 de noviembre,nací sin haber sido planeado. Fue un descuido de mis padres en un momento de calentura,así que en pocas palabras fui un error — río amargo — Para ellos yo "arruiné" sus vidas,sus futuros,todo. Así que siempre me lo recalcan. Mi infancia se basó en la violencia y humillaciones. Si no hacía algo bien,era un inútil,si lo hacía bien,entonces me copié de alguien,si subí de peso,entonces era un "asqueroso cerdo",si bajaba de peso, entonces era un "anoréxico". Nunca pude complacerlos,pero después entendí que nunca sería capaz de hacerlo,porque el problema no son los resultados,si no que soy yo.Podría ser el mejor,pero será minimizado porque soy el "hijo que arruinó sus vidas". Cada error era cada golpe,porque si al menos sería un error entonces se encargarían de que ese error no fuera un inútil como ellos dicen. Claro que me canse ser una marioneta solo para satisfacerlos.

— Cariño...

— Era muy reservado y tímido. No solían darme algo más que mis necesidades personales,pero recuerdo que una vez mi madre me trajo unos plumones para colorear por haber tenido 10 en todos mis promedios — sonrió — Desde ese día me gustaron mucho los plumones,así que siempre cuando hacía algo bien les pedía solo eso. Al principio mi padre se negaba a darme algo,pero mi madre al final me daba el dinero para yo comprarlos,es por eso que son significativos para mi,pues fue el primer regalo que recibí de mi madre. — siguió hablando — conocí un chico hace unos años,fue la primera vez que me enamoré. Salíamos en secreto pues sabía que mis padres me odiarían aún más al saber que no solo era un error,si no que también homosexual. Solo quería el cariño de alguien... Siempre estuve solo y ese chico... Había sido mi única compañía... Pero claro que no todo es color de rosas — río amargo — un guardaespaldas se enteró y lo termine chantajeando con dinero,a cambio de que también dejara aquel chico pues sabía que mis padres tarde o temprano se enterarían; así que lo dejé.

𝘌𝘭 𝘮𝘰𝘳𝘳𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘭𝘶𝘮𝘰𝘯𝘦𝘴            ▸ 𝘴𝘩𝘰𝘸𝘬𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora