《𝗖𝗮𝗽𝗶𝘁𝘂𝗹𝗼 𝘁𝗿𝗲𝗶𝗻𝘁𝗮 𝘆 𝘀𝗲𝗶𝘀》

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Yoo Kihyun se aferraba a la cintura de Son Hyunwoo negándose a alejarse de su novio. El pelinegro formó un puchero acariciando su mejilla mientras lo veía dormir. El blanquecino tenía sus ojitos hinchados,se veía demasiado mal,por lo que no pudo evitar ponerse sensible tras verlo así.

Tenía la inmensa necesidad de protegerlo y cuidarlo. Era tan pequeño que era cubierto por todo su cuerpo,parecía un pequeño cristal fácil de romper. Por más que este se mostrara frío o indiferente,hyunwoo sabía que eso no era más que un escudo que cubría su sensibilidad. Kihyun era el ser más amoroso que conocía.

Dejó unos cuantos besos en su mejilla,mimándolo un poco,hasta que sin querer lo despertó. Abrió sus ojitos con pesadez sintiendo un dolor insoportable en su cabeza y manos,soltando algunos quejidos ante aquel dolor.

— espera aquí — susurro hyunwoo tratando de pararse para buscarle alguna pastilla para el dolor,pero fue impedido por kihyun.

— estoy bien,solo... Quédate un poco más.

— estás muy cariñoso he.

Dijo un tanto bromista para animarlo,lográndolo por completo y sonriendo satisfecho al ver la sonrisa ladina de kihyun. Este golpeó levemente su pecho bronceado entre algunas risas.

— no volveré a ser cariñoso contigo.

Se quejó con una sonrisa alejándose del tez bronceada haciéndose el indignado,pero este rápidamente volvió a acercarlo entre algunas risas,enrollando su pequeño cuerpo con sus piernas y brazos.

— ¡me asfixias!

Espeto tratando de zafarse del agarre del pelinegro sacando algunas risas tiernas que hacían alocar el corazón de HyunWoo. Hacía más presión para evitar que se alejase de sus brazos y piernas,haciéndolo carcajear.

— mhm,quiero más cariño de kihyun. — susurro besando su rostro.

— ¡hyunwoo! ¡Basta! — pidió entre risas.

— oh kihyun... Dame todo tu cariño.

— ¡detente! — carcajeó.

— ¿qué hacen?

Pregunto su madre en el marco de la puerta,por lo que esta vez kihyun separó como pudo a shownu de forma asustada,pensando en que la mayor podría malinterpretar aquello. El pelinegro soltó una risa.

El blanquecino comenzó a sentir sus mejillas arder y no dudó en esconderse entre las sábanas con timidez. Madre e hijo lo miraron con gran ternura en sus ojos,sabiendo a la perfección lo lindo que llegaba a ser kihyun.

— ¿por qué no tocaste la puerta? Imagínate que estuviéramos haciendo...

— ¡hyunwoo! — chilló el blanquecino — n-no hacíamos n-nada... Na-nada in-indecente.

Susurro tímido tapando la mitad de su rostro con las sábanas,dejando solo a la vista sus ojos temblorosos y tímidos. La mayor soltó una risa mientras negaba con su cabeza,contagiando a su hijo de esta.

— no pensaba nada de eso,kihyunie. — río con ternura — venía a avisarles que ya está el desayuno,bajen a comer.

(...)

𝘌𝘭 𝘮𝘰𝘳𝘳𝘰 𝘥𝘦 𝘭𝘰𝘴 𝘱𝘭𝘶𝘮𝘰𝘯𝘦𝘴            ▸ 𝘴𝘩𝘰𝘸𝘬𝘪Donde viven las historias. Descúbrelo ahora